Imagen:www.macocaya.es
Los padres que quieren lo mejor para sus hijos e hijas, les pasan la programación recibida y fomentan el jolgorio. Son los primeros en ir a comprar muñecos atroces para componer escenas tétricas y exhibirlas para hinchar sus egos. Esto me recuerda a la competición de los patios de Córdoba, pero claro está, salvando la distancia entre la fealdad de la calabaza y la muerte, y la belleza de la decoración floral de los patios andaluces de la mencionada ciudad. La comparación, quiero aclararlo, es en cuanto que todos se ponen manos a la obra para ornamentar sus patios en un caso, y sus rejas de ventana, puertas o setos en el otro, lo que sucede es que las macetas con hermosas flores si que ornamentan, pero adosar grandes arañas, enormes telarañas y brujas, muertos o cadáveres asomando por encima de las vallas de las casas, no es lo mismo. A pesar de cuanto digo, como no puede ser de otra manera, que cada cual haga lo que le parezca, solo vierto mi opinión contraria a esto que quieren convertir en fiesta normalizada, en tradición, por supuesto no española, y bien acogida, aprovechada por el comercio como acostumbran. Día de la calabaza y la muerte... ¡hala, a comprar!
Cojan a la familia y visiten cementerios, a familiares enterrados, que vean muchos nichos y panteones, después se llevan la comida y se van al campo a echar el día, que los chiquillos corran y se soleen, que tengan un encuentro con la naturaleza, que se alejen del mundanal ruido de las ciudades, pónganles en contacto con otras vibraciones positivas. - Esto no vale, esto es antiguo y aburrido -, es mejor el tumulto, el jaleo colectivo, la música ruidosa, que nos sirvan la comida y nos traigan las copas. Esta situación en su conjunto da lugar al libertinaje de algunos que siempre aprovechan lo que para ellos es un día "especial" para olvidar que vive rodeado de otras personas que, tal vez, no piensen como ellos y prefieran pasar un día tranquilo y en paz. Para ello tienen la respuesta acostumbrada... un día es un día, y claro eso le da derecho para hacer un infierno de tu día. En esta sociedad falta mucha educación para que lleguemos a respetar a los demás, comprendiendo que el molesto es el que hace ruido y, por tanto, es el que tiene que poner de su parte, el que debe respetar al que no molesta.
Seguiremos...
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