Un sector de la población de Cataluña
lleva años pidiendo su independencia, al País Vasco le sucede lo mismo, hoy lo
he vuelto a escuchar en una tertulia televisiva y yo que soy defensor del
sometimiento de las minorías, pienso que habrá que hacer algo. Precisamente, no
soy un enamorado de lo abstracto, desde aquí, en este mismo instante, me da
igual que haya un concepto de España que otro, no me causa problema si se desmiembra
como país, me da exactamente lo mismo; cada cual sabrá que es lo que pide y que
quiere ser de mayor.
Lo que si tengo claro es que los
que se quieran independizar tendrán que abonar la parte de las instalaciones
públicas, de las que gozan, que fueron pagadas con presupuesto público de todos
los españoles. Digamos que autopistas, carreteras, hospitales, sedes de
organismos públicos, etc., habrá que calcular la parte de capital que les fue
aportado por el Estado español y tendrán que devolverla. Así que lo primero, es
que deben empezar a reunir dinero para zanjar las cuentas con el resto de los
españoles, pero al contado, no a 50 años, ni cosas por el estilo.
Es una lastima que entre todos no
seamos capaces de crear un país competente, puntero en producción,
investigación, seguridad, confort y bienestar, sino que por lo contrario
tengamos que estar molestos los unos con los otros y en lugar de unirnos para
alcanzar cotas mayores, queramos separarnos para tirar cada uno por su lado. Lo
respeto, ya dije que cada cual ha de saber que quiere ser de mayor, pero hay
mucho lavado de cerebro detrás de todas esas rencillas, mucho fanatismo, mucho
odio y todos son componentes que hacen malos cocteles. No avanzamos, seguimos
llevando una espina enconada, que no va ni para atrás ni para delante y nos
pasamos media vida gastando energías por la boca, mal humorados, sin
perspectivas de futuro porque los esfuerzos están destinados a tonterías de ADN
regionales.
En estos momentos de sabotaje,
por parte de los señores del capital, que estamos sufriendo todos los
ciudadanos del mundo, deberíamos sacar lo mejor de todos nosotros para crear un
proyecto-modelo productivo-industrial, que nos hiciera florecer como pueblo e
individuos al margen de los que nos están haciendo un verdadero daño y atraso
en cuanto a los derechos que se habían conseguido. Unidos para darles un
espaldarazo a los señores del capital que tratan de hacer de nosotros un pueblo
temeroso, conformista, pobre y de vuelta a los años 50 ó 60. Ellos si que son
nuestros verdaderos enemigos, están demostrando que no tienen nada que ver con
nosotros, que no nos consideran lo más mínimo, que les importa un huevo nuestro
bienestar, si comemos o morimos, todo ello les da lo mismo. Contra su sistema
dictatorial es contra lo que tenemos que luchar, contra los políticos que se
han arrodillado a este miserable modelo social, no contra nosotros, no entre
nosotros, no entre comunidades, sino todo lo contrario, aliémonos para vencer
contra los detractores de nuestro progreso y bienestar.
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