El título es
lo primero que se me viene a la cabeza cuando contemplo la situación defensiva
de cada partido político, ante el posible reparto de poderes, prebendas y demás
beneficios diferenciadores. Todos los partidos están haciendo fuerza para sacar
tajada del reparto, o bien sacan lo que quieren, o bien dejan caer el
chiringuito subversivo que han creado entre todos. Los bancos centrales llevan
unos años facilitando dinero a porcentaje cero a los bancos, y los políticos, a
su vez, se han acostumbrado a abrir la hucha propia, sus cajas fuertes, para
que entren millones como compensación por unas fútiles elecciones que se
repiten conforme les vienen en ganas para llenar sus arcas, al tiempo que
vacían las nuestras. Así que cada partido es como si estuviera gritando todo el
día: “Qué hay de lo mío”.
Si se fijaron,
solo hablan de asuntos de conveniencia propia de la formación política, de las
de unos y de las de otros, a la gente, a la ciudadanía ni la nombran, nosotros
no cabemos en sus negociaciones, son privadas, vuelven a ser secretas, ni se
graban ni se difunden, el tú me das, yo te doy, aquí pongo y tú cedes en
aquello, eso no se hace público, eso es parte de la subasta que solo deben
entender que atañen a ellos, aunque sobrevivan y muy bien a costa de nuestros
dineros. El peligro de nuevas elecciones no es solo que sigamos estando sin
gobierno, sino que nos dan un nuevo sablazo, algo que no parece inmutar a
ninguno de esos insensatos que solo persiguen sus propios intereses en el asunto
de los pactos.
La situación
es crítica, vamos de leñazo de casi doscientos millones de euros, en leñazo de
igual cantidad, y ya van unos pocos en los últimos cuatro años. Hay dos formas
de robar al pueblo como hemos visto recientemente, a través de la corrupción, o…¡vayamos
a elecciones!, ya algunos han sido castigados por delinquir, ahora está de moda
la forma legal de robar… hacer elecciones unas tras otras. Que el país se viene
abajo, pues elecciones, que no se soluciona, ni pactan, ni hay gobierno, pues
nuevas elecciones… ¡hala!, otros doscientos millones de euros. Que no hay para
pagar las pensiones, ¿para qué van a pensar en una forma de solucionarlo?...
¡no es no!, que hay desempleo y gente que lo pasa mal y no tiene ingresos… ¡a
elecciones! ¿Hay algún plan, algún proyecto conjunto de todos los políticos
para paliar los problemas que sufre la sociedad, y cómo mejorar el bienestar de
TODOS? Algunos dirán: cómo vamos a pensar en eso si nos quieren romper España.
Dejan que los problemas se enquisten, no les dan solución y se usa, dicho
problema, como comodín que cubre la falta de eficacia de los políticos. Así
ante cualquier reclamación de la ciudadanía… ¡Cataluña!, ¡la Constitución!,
¡golpe de Estado!, ¡peligra la democracia! Solo está todo en peligro cuando se
ejerce la libertad de expresión, cuando se proponen cosas diferentes que los
dictadores no pueden controlar… no olvidemos que, entre los “constitucionalistas”,
hay demasiados amantes de las mayorías absolutas… que cada cual saque sus
propias conclusiones. Sin embargo, cuando nos roban mediante su corrupción,
regalan nuestros dineros sin derecho a devolución, o siguen jugando a hinchar
las carteras de los partidos mediante la realización de nuevas elecciones, no
sucede nada, todo es legal, ¿para qué se va a hacer una ley que impida todo
esta estafa a la sociedad? Solo nos han enseñado esta manera de llegar a tener
un gobierno, pero si le dieran vueltas a la cabeza, encontrarían otras formas
de que hubiera uno sin necesidad de jugar a saquearnos. Todos son muy demócratas,
pero ninguno defiende que se constituya el gobierno en proporción a lo que la
gente ha dicho en las urnas. Eso significa que no hay que volver a molestar a
la ciudadanía, ni hay que robarle más. En la proporción de los votos obtenidos
se va formando el gobierno, tantos del PSOE, tantos del PP, tantos de VOX,
tantos de UNIDAS PODEMOS, tantos de C’s, etc. Lo importante no son las gentes
que haya en el gobierno sino el programa, las medidas que hay que adoptar para
asegurar el bienestar de la ciudadanía… que es lo que parece siguen sin
entender algunos mamarrachos.