Es casi
imposible reprimirse lo que siento cuando les oigo, siguen sin enterarse de
nada o de casi nada. He tratado de ver un poco del debate ofrecido en la Sexta
Noche, al que han concurrido ocho partidos políticos, pero pasada una hora
aproximadamente, ninguno ha hablado de algo que piensen hacer por la población…
siguen tirándose tartas a la cara, por tratar de endulzar la nefasta situación
de confrontación que hay entre todos ellos. Siguen sin comprender que a la
gente se les gana por las promesas verdaderas, por la intención de lo que se
pretende hacer para el bien de la gente, pero para que nos enteremos, nos lo
deben explicar, ¿qué subyace en el fondo de cada una de sus organizaciones?...
no tenemos forma de saber qué quieren o van a hacer estos loros parlanchines
cabreados. Critican a las fuerzas del orden pero si les pusiéramos unas porras
en sus manos, creo que algún mamporro se llevarían hasta los presentadores y
algunos de los asistentes del público.
Cuando ves lo
que se ve en cuanto se reúnen unos pocos representantes de partidos políticos
diferentes, se arma la marimorena, se llaman de todo y la culpa siempre es del
otro, o de los otros. ¿En manos de quienes estamos?, ¿quiénes pretenden asaltar
la Moncloa?, ¿cómo van a dirigir al país?, ¿quién sabe qué van a hacer si no
dicen nada acerca de ello? Unos quieren imponer un estado de sitio en Cataluña,
los otros quieren poner urnas, el de Vox le llama, poco menos, que perro judío
al del PNV, y este hace lo propio con el de VOX. En otro momento del debate
parecen ponerse de acuerdo… ¡hala, todos contra el PSOE!, parecen decir: “no se
cortéis, dadle duro”, total, es el muñeco, el esparrin, el saco de boxeo. Esto
no es serio, falta nivel y sobra agresividad, egoísmo, se faltan al respeto por
sentirse amparados por la inmunidad parlamentaria. Lo peor de todo es que la
sacan del parlamento y ejercen dicho derecho delante de quien sea y en el lugar
que se encarte, quedando la pelea de gallos como muy cutre, ¿no creen?
Habrá que
preguntarse para qué han servido cuarenta años de gobiernos del bipartidismo,
evidentemente el nivel de educación, moral y ético, han descendido o a mí me lo
parece. No entro en lo que todos sabemos acerca de meter la mano… ¡vaya dos
buitres que están hechos!, tanto los del PP como los del PSOE, ¡vaya dos
partidos más corruptos!, nos han robado a sacos, pero no ha sido motivo
suficiente como para que la judicatura comprada, maniatada y con los ojos
vendados, actuara. Esos partidos con muchos años de existencia, de la que
suelen alardear, han sabido desenvolverse entre leyes como mafiosos en los años
de la ley seca. Se han llevado millones de euros, miles de millones de euros a
sus carteras y a sus partidos, además, de a algún paraíso fiscal que otro. Las
leyes están, pero si no las aplican es como el que tiene un tío en “Graná”, que
ni tiene tío, ni tiene “ná”. Las leyes se vienen aplicando por conveniencia de
unos y otros, a veces intercambiándose los papeles como hemos visto, los
fiscales, dependiendo del caso, se convertían en abogados defensores del
delincuente y, de cualquier modo, siempre nos quedará el tan repetido: “yo no
sabía nada”, “yo pasaba por allí, pero no manejaba dinero alguno”, “estaba
ciega de amor y firmaba sin preguntar”, o “eran casos aislados” y, por
supuesto, la mejor defensa, un ataque a la ciudadanía: “ustedes son los
responsables de todas las desgracias y miserias que acontecen en el país”.
Seguirán diciendo que hemos hundido la economía del país, que trabajamos poco y
cobramos mucho, por lo que la solución es hacer lo contrario: trabajar mucho y
cobrar muy poco, pero solo nosotros, no los directores de grandes compañías, ni
los accionistas de la banca, tampoco los presidentes de tal o cual
organización, no los políticos, ni los actores de la Casa Real, etc.
Quisiera ser
de esas personas que pasan mucho de la embarrada actividad llevada a cabo por
cantidad de sinvergüenzas, pero entiendo que nos pongamos como nos pongamos,
hay una partida de indeseables moviendo hilos y haciendo leyes que no siempre
nos favorecen, por tanto debemos estar bien atentos a sus movimientos y
criticarlos abiertamente para movilizar la conciencia de la gente, para que
lleguemos a comprender que sin unión no hay fuerza para desplazar a la maldad
reinante en la sociedad y en el mundo. Por ello, aunque no quiero, tengo que
hablar de esa gente que se nos ha colado en casa para llevarse lo que es de
todos y administrarlo como mejor les interesa a ellos.
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