Cuando oyes
atentamente las frases expelidas por muchos periodistas, veréis que nos culpan
a nosotros del cambio climático, siempre están diciendo que somos los
responsables del consumo excesivo, de que llevemos a casa cantidad de productos
envueltos en plástico o de que se amontonen toneladas de chatarra tecnológica.
Pocos son, por no decir ninguno, los que responsabilizan a los gobiernos por no
hacer leyes que pongan firmes a la industria generadora de tanta basura
inservible al cabo de varios años de uso; a veces demasiados pocos años de uso,
debido, igualmente, a la avaricia de cifrar más en ventas, pues suelen
contribuir al excesivo consumo su política de implementar alguna función nueva,
el lanzamiento de nuevos modelos de una forma muy continuada y de carecer de
leyes que les obliguen a recoger su basura tecnológica. Así que ellos, los
periodistas, nos hacen culpables a nosotros, a todos, y yo les hago
responsables tanto a los empresarios, como a los políticos mundiales, a todos
ellos. Ellos tienen el poder para hacer leyes, y la obligación de hacerlas para
conseguir que este Planeta siga siendo un hábitat saludable y digno, que siga
acogiendo a la humanidad y al resto de los seres vivos. Ya sé que algunos
políticos creen más en las ganancias y en su vida millonaria, que en el cambio
climático. Sé que hay demasiados intereses comerciales e industriales mundiales
que les impiden tomar conciencia de lo que están provocando. Sé que, tal vez,
toda la cuestión del clima sea cíclica y natural, solo que nuestra esperanza de
vida tan solo nos deja vivir uno o dos de los ciclos, quizás, trozos de cada
uno de ellos… y esto sea lo que toque, hagamos lo que hagamos, ¿quién sabe? A
pesar de esto, lo que está sucediendo en el Mar Menor es una evidencia, ¿no
creen?, si se envenena el medio donde viven ciertos seres vivos, en este caso,
peces, los peces mueren a millares como lo han mostrado las imágenes de los
informativos de televisión. Habrá que preguntarse por qué se ha llegado a
envenenar el agua del Mar Menor de esa manera, y probablemente empecemos a
descubrir quiénes lo han propiciado y quiénes podrían haberlo evitado. Si
vertieron las empresas, hay unos responsables directos, los que vertieron las
sustancias nocivas, pero también están siempre los socios subsidiarios del
desastre… los políticos, que debido a su connivencia con los empresarios y el
sometimiento a los mismos para evitar el chantaje de dejar a gente desempleada,
no legislan como debieran, lo que debieran, para evitar desastres
medioambientales como el que estamos asistiendo en el Mar Menor, una gota en el
océano.
Por
conveniencia de unos y otros, así como la colaboración necesaria de los
políticos mundiales desde hace décadas, los océanos se van llenando de
plásticos en diferentes etapas de lenta descomposición. Gracias a ellos
nuestros alimentos y bebidas contienen microplásticos que están,
inevitablemente, pasando a formar parte de la cadena alimentaria de los humanos
sin conocimiento exacto de las repercusiones que tendrá en los próximos años;
me imagino que no serán muy buenas, a menos que nos estemos reciclando
interiormente y nos estemos volviendo en comedores de plástico. Si es así,
“comida” no nos va a faltar porque las montañas de este material las hay por
todas partes del Planeta. La insensatez e inutilidad, así como cobardía
política está llevando al Planeta al extremo de colapsarlo de basura acumulada
en rincones hermosos, en pueblos pobres, en las afueras de las grandes
ciudades… ¡no saben qué hacer con los residuos!, peor aún, no son capaces de
legislar contra los que los generan, que tienen nombres: refrescos, cervezas
tal, vinos cual, televisores, envases de todo tipo de todas las empresas de los
más variados productos, radios, ordenadores, muebles, sofás… etc. Sí se le
puede permitir a esos gigantes sacar toda la ganancia que puedan de la
sociedad, pero no se les puede obligar a hacerse cargo de su mierda, ¡es suya,
no nuestra!, el consumo nuestro, el gasto nuestro, la ganancia de ellos, su
basura para todos. El primer signo de desunión fue permitir que unos fueran
trabajadores y otros empresarios, ahí se rompió la hegemonía social, se crearon
las clases, llegaron los que se valieron de otros para vivir mejor que ellos.
Nuevamente, ha debido haber gobiernos que no se dieron cuenta de a dónde nos
llevaría esto y ayudaron a distanciar a la gente. Si los gobiernos hubieran
sido los que hubieran estructurado la sociedad para que a nadie le faltara
educación, formación, trabajo, y las mismas oportunidades y servicios iguales
para todos, creo que iríamos todos a una, no nos encontraríamos enfrentados o
divididos entre los que mandan para su propia bolsa y los que se tienen que
someter, obedeciendo órdenes, para poder vivir, más o menos apretados, y
sufriendo todo lo que les quieran hacer creer: crisis, ciclos económicos, vivir
por encima de sus posibilidades, sois los que contamináis, los empresarios os
hacen un favor cuando os emplean, les tenéis que estar agradecidos, debéis
echar horas extras sin cobrarlas, debéis soportar los recortes sin atender a
cuánto os hayan robados los corruptos. Todo ello sazonado con cantidad de
noticias nefastas, cruentas y desastrosas para que los ánimos no se os suban
mucho y aspiréis a conseguir la luna.
Siempre serán
para mí los culpables de lo que suceda socialmente los políticos por su falta
de dialogo con la ciudadanía, por no habilitar canales de comunicación directos
e inmediatos para que podamos interactuar, sugerir, decidir, etc. Siempre les
culparé por su falta de valentía para hacer frente a los sinvergüenzas, a la
injusticia, a la corrupción, y a los verdaderos responsables del desastre
social, industrial, medioambiental y financiero. Ellos pueden legislar para
evitarlo, pero les tienen presos y no gritan, se conforman, aunque ello sea a
costa del engaño a toda la ciudadanía… ¡no les importa!
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