Ahora son las autopistas, hay que
rescatar a las compañías que tienen la concesión o derechos de explotación de
las mismas, a las que no salen los números porque en su día no estudiaron bien
el tema, que estaban inmersas en la burbuja de la construcción y construían
autopistas, aunque estas fueran paralelas a una autovía. ¿Qué sucede?, pues que
la gente no es tonta, ni están los tiempos para tirar el dinero y conducen por
las autovías en lugar de por la autopista de peaje que transcurre al lado.
Las empresas concesionarias, según
dicen, son UTES de constructoras y bancos, pero no son empresas cualesquiera
sino grandes entidades o corporaciones, de esas que proclaman a los vientos sus
ganancias anuales, pero ahora los números no les salen y vienen a tirar de
todos nosotros para que les paguemos sus deudas o los créditos, que en parte,
se han concedido ellas mismas; otra parte de la deuda la tienen contraída con
bancos extranjeros. Este extremo parece ser el más complicado de lidiar pues,
dicen, nos daría una imagen nefasta como país para que en el futuro confíen en
nosotros los inversores externos. ¿Por qué mezclan al país con lo que hacen las
empresas privadas españolas?, las empresas son mayores de edad y contratan o se
involucran en los negocios que creen convenientes, por tanto, del mismo modo
que sus accionistas se reparten sus beneficios, que se repartan las perdidas,
sus números rojos, que son de ellos y no de todos los españoles.
Hace falta ahora, más que nunca
por las circunstancias económicas del país, un gobierno que sepa a lo que
juega, porque el actual gobierno parece tener un culo como el bebedero de un
pato, le cuela todo. Lo peor de todo es que nos repercute todo lo que hace mal;
el gobierno se ha convertido en el auxilio y socorro de los poderosos, de los
amigos con empresas de envergaduras y aquellas que le sirven de puerta
rotatoria, entre todas ellas y con las
medidas a su favor tomadas por este gobierno, nos están amargando la vida con
tanto recorte y maltrato al ciudadano.
La política parece haberse
convertido en el juego de llevarse cuanto pueda, es puro saqueo al pueblo, es
la forma de pasar cuatro u ocho años, haciéndose ricos, asegurándose un
posterior cargo en alguna de las empresas energéticas de los amigos. Esto es
sencillamente vergonzoso, harta a cualquier ciudadano honesto y con sentido
común, están burlándose de la paciencia de los ciudadanos, nos están robando,
están tratando de que no les protestemos y además nos estamos llevando los
palos de la policía.
Al hilo de los palos de la
policía, y no porque yo quiera que la violencia impere en ninguna de las
direcciones, pero con lo sucedido al final de la manifestación 22 M, que se
quejan de que fueron acorralados y que eran muchos menos que los manifestantes;
siempre son menos los policías que los manifestantes y casi siempre salen
ilesos por la educación de los manifestantes que siempre son muy superiores en
número, pero a pesar de ello, los medios de comunicación se ceban en la minoría
alborotadora de las manifestaciones. Yo estoy harto de ver imágenes en la
televisión de manifestantes sentados, que no atacan a nadie, que no rompen
nada, que no lanzan objetos de ningún tipo y, sin embargo son golpeados
repetidas veces por los antidisturbios, que les dan una manta de palos, nunca
mejor dicho.
Necesitamos un gobierno de nueva
hornada, de gente diferente, de gente nueva e ideas renovadas, de gente honesta
y sensata, de gente con conciencia de los ciudadanos, que sea gente
evolucionada en lo profundo. No veo otra manera.