Media España preocupada
de la impunidad, otra media preocupada de la corrupción, de un gobierno que no
gobierna, del ébola, de la dictadura europea, de la deuda que han creado las
políticas del saqueo y de la ineptitud. Muchos estamos preocupados por el paro,
por la regresión de la expansión industrial y productiva de este país, por las
familias sin ingresos o los niños que van al colegio sin poder comer lo
necesario; todo esto sucede mientras otros, unos pocos, están muy preocupados
por la democracia catalana y por el crecimiento vertiginoso de PODEMOS.
Yo no entiendo
nada, la gente cada día más irritable al volante, no tenemos paciencia, el
engaño como moneda de cambio, la picaresca a la vuelta de la esquina, los
servicios públicos empeoran, hay muchos que muestran desconsideración y falta
de respeto hacia los demás; niños que no son educados en valores, que no
atienden las regañinas de los mayores e insultan sin cortarse un pelo.
Políticos que no trabajan para la mejora de la sociedad y para el bienestar de
los ciudadanos o para que progrese la sociedad, sino para hacer negocios de su
función pública, salvo ciertas excepciones.
Animo a la
prensa de investigación por los casos de corrupción que sacan a la luz, a los
cuerpos de seguridad que persiguen el fraude y a sus delincuentes, a los jueces
independientes y valientes que se atreven a imputar y condenar a delincuentes,
sin tener en cuenta el peso que, en la sociedad, puedan tener los culpables.
Echo de menos
a aquellos que son capaces de denunciar a sus compañeros que delinquen, brillan
por su ausencia; prefieren ser cómplices que ser buenos ciudadanos. Aprecian
más la amistad de los ladrones que hacer un bien al conjunto de los ciudadanos,
a los intereses de todos o sencillamente, salvaguardar o proteger lo que es de
todos. Les da lo mismo arruinar la vida de las generaciones futuras, arruinar
el país, dejar hipotecada la vida de todos o someternos a normas absurdas que
benefician a unos pocos, en detrimento de la gran mayoría.
No se que
sociedad estamos creando y manteniendo, necesitamos algo totalmente diferente
aunque a los inamovibles les de miedo. Le temen aquellos que están sacando
tajada de la situación endémica que están generando. Le temen los poderosos,
acostumbrados a no pagar casi nunca y cuando lo hacen en un porcentaje ridículo
con respecto a sus ingresos. Le temen los que acostumbran a tener asido el
mango de la sartén y se resisten a soltar, a abandonar esa posición
privilegiada con respecto al resto de los mortales. Quieren seguir ganando
porque han creado un sistema totalmente convenido a su favor, el resto si nos
manifestamos, somos antisistemas. Desde luego que queremos otro sistema más
humano, si eso es ser antisistema, yo lo soy.
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