No se contra
qué pelea Eduardo Inda, pero lo que es cierto es que cuando alguien nombra o
habla a favor de PODEMOS, salta como un resorte con su argumentario
monotemático para descalificar a la formación política. Debe estar muy dolido o
herido porque su actitud no puedo considerarla normal, pasa al ataque de 0 a
100 en dos segundos,; es como si no le pudiera ver o como si el éxito del
seguimiento que los medios y los ciudadanos hacemos de Pablo Iglesias, le eclipsara
o le llenara de envidia, no llego a entenderlo.
Comprendo que
el miedo que se debe sentir cuando en un país se suceden en los grandes cargos
de la política, los militantes chusqueros, aquellos que llevan militando toda
la vida con la única intención de hacer de la política su modus vivendi, de los
que se ha comido y recibido ayudas y subvenciones, con los que se han pactado
negocios, etc., y llega un joven bien preparado, muy bien preparado, que ha
sido capaz de presentarse para defender una buena recopilación de inquietudes
de los ciudadanos, comprendo que hay personas que se nieguen a aceptar que
alguien venga a dar la vuelta a la tortilla acomodada de turbulencias
capitalistas y negocios aún más turbios.
España se ha
forjado en políticas amañadas a base de acuerdos entre políticos y empresarios,
ha sido el paraíso del pelotazo, el salto a la fama de muchos desconocidos y el
medio de hacerse rico de otros muchos. España es un contexto de impunidad para
los delincuentes de altas esferas, es un paréntesis en la justicia para según
qué personas influyentes del alto establishment. Y claro, que venga un chaval
con pelo largo y coleta, algo que descoloca a los uniformados, aparentes
personas de la normalidad, hablando de un cambio que representa desmontar todo
ese contubernio existente en este país, les duele a muchos hasta el punto de
maldecir. De aquí, el incesante ataque del periodista Inda y demás personajes
del mundo público que se niegan a que les muevan las fichas. Les fastidia que
vengan a ponerles en evidencia, que les quiten sus privilegios o que les
desplacen del ordeno y mando; sencillamente que les corten los hilos desde
donde son movidos por el poder monetario, conexión que tanto les está rentando.
A muchas
personas de este país a las que se les ha llenado la boca con expresiones de
izquierda, se les olvidó ser de izquierda, mirar y tener en cuenta al
ciudadano, luchar por sus derechos, manifestarse, desobedecer si llegara el
momento y esto aterra al centro derecha donde se han posicionado todas las
fuerzas políticas del país. Así que el camino más corto que han encontrado es
el insulto y la descalificación para influir en la opinión pública, pero
afortunadamente los ciudadanos no son tontos como ellos presuponen y entienden
lo que es de sentido común, lo que es sensato, lo que se alinea con lo que
necesitamos y por eso estamos dispuesto a apoyar a quien nos apoya a nosotros,
en este caso a Pablo Iglesias y al resto de compañeros de la formación política
PODEMOS, pese a quien le pese.
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