Vamos de una
en otra, son contraataques de unos países a otros por intereses propios,
llámale ambición desmedida, llámale egoísmo, llámale rivalidad por dominar el
mundo, llámale meter miedo a los demás, decadencia económica, frustración de
las personas, pobreza mental… como quieras.
No hay arreglo
posible a la lamentable situación de inestabilidad mundial en todos los
aspectos, si no cambiamos nosotros, todos, y eso no es nada fácil cuando hay
tantos condicionantes, tanta programación y tantas obligaciones que van en la
dirección contraria. Es el ser humano el que ha de modificar su conducta, su
pensamiento y sus sentimientos hacia los demás, sin ello a mí se me antoja
imposible. He llegado a comprender aquellos tres principios que he plasmado
negro sobre blanco en otras ocasiones:
1. Debe importarnos lo que le suceda a los demás.
2. Desear para los demás, lo que queremos para nosotros y nuestras
familias.
3. Amar a los demás.
Son tres
premisas básicas y necesarias para que vivir sea una experiencia satisfactoria
para la humanidad, sin exclusión de ningún colectivo, sin agresión o marginación,
sin delincuencia, sin prácticas lesivas para nadie, sin negocios turbios, sin
ventajas para algunos y desventajas para muchos. Incorporar estos principios en
nuestra vida, en la de todos, evita la desconfianza actual, la inseguridad y el
miedo en todos los aspectos, todo se haría para el bien de todos, al menos,
tratando de no provocar daño a propósito a nadie. Con esos principios no tienen
sentido las fronteras, los ejércitos ni la policía, por supuesto, mucho menos
sentido tienen las armas o las bombas… ¡es solo observar esos tres principios!,
¿tan difícil es incorporarlos a nuestras vidas?
Yo no hablo
de ninguna religión, trato de hablar de ser más humanos y seres inteligentes.
Desde ese justo momento, toda la mentira incorporada a la existencia malvada actual,
caería por su propio peso, no tendría sentido. Haz lo que tengas que hacer para
que tu vida se mueva por esos principios, grábatelo en tu cerebro, tatúatelo en
un brazo, escríbelo mil veces cada día, léelo otras mil veces, ve menos al
gimnasio y ve más a un centro de yoga o meditación… ¡no sé lo que debas hacer!,
elige tú, pero haz algo por la humanidad. Es evidente que en el sistema
educativo se han de incorporar técnicas que aseguren a los niños crecer,
teniendo esos tres principios como luz que les guie.
En la
actualidad vivimos de espaldas a esos principios de humanidad, y como todos
sabemos por las noticias mundiales solo hay invasión, provocación,
desconfianza, fragmentación de la población, brecha social, pobreza,
inexistente reparto de la riqueza, corrupción y, como siempre, los trabajadores
cargando sobre sus hombros todo el desastre creado por los explotadores
mafiosos que solo ambicionan poder. Hay más, para que nadie se crea que esto es
una página de pesimismo gratuita: países que han reventado el acuerdo de
globalización con su imposición de aranceles, los constantes esfuerzos de
ciertos países por amedrentar al mundo con su exhibición militar acompañada de
lanzamientos de misiles, los continuos actos terroristas, las condenas atroces
como el asesinato del periodista Khashoggi en la embajada de Arabia Saudí, las
muertes por lapidación en países del este,
amputaciones de miembros a los delincuentes, escuchas ilegales,
grabaciones de videos de porno infantil, violaciones, asesinatos de género,
plásticos por todas las latitudes del Planeta, contaminación nociva e
incompatible con la vida, etc., ¿no está sucediendo todo esto? La gente está
muy mal, la economía es secundaria al lado de todo este horror. Es necesario
que todos los gobiernos mundiales se pongan a trabajar para cambiar el rumbo de
destrucción que llevamos en los GPS de cada uno de nosotros. Hay que dar nuevas
coordenadas a la humanidad, y no hay mejores por el momento, al menos para mí,
que los tres principios que os presento una vez más. Si todas las fuerzas en la
sociedad confluyeran para conseguir hacerlos de cada uno de nosotros, todos los
problemas se solventarían como por arte de magia.
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