Se nos amontonan
los acontecimientos, todo lo que no hicieron cuando gobernaban lo quieren hacer
en estos días previos a las elecciones… ¡viva la recolección de votos bajo
falsas promesas! Ahora Pedro va a subir las pensiones, va a pagar a las
Comunidades Autónomas el dinero que les debía, va a…, pero lo cierto es que
tuvo oportunidad de realizarlo y convencer por sus hechos, pero no lo hizo…
¡qué lástima! Ahora, tras cuarenta y cuatro años se van a exhumar los restos
del dictador, aunque todo ello pueda dar lugar a ciertas revueltas, protestas y
exaltaciones poco ilustrativas de la seudodemocracia española, pero es que los
socialistas han gobernado durante muchos años en este país sin que tuvieran la
ocurrencia lógica de aprobar una ley necesaria para evitar las confrontaciones
con aquellos que siguen anclados en los tiempos del dictador. Los socialistas “no
han tenido tiempo” de hacer una ley que prohíba el enaltecimiento del
franquismo en todas sus vertientes: banderas, signos, manos arriba, cantos
fascistas, etc. La ley de este país ha pasado la mano por el lomo de los
salvajes que asaltaron la delegación de la Generalitat en Madrid.
Ese no es más
que un ejemplo, pero hay muchos más, incluso delante de la sede del PP “constitucionalista”:
La gente puede
seguir ocupando su cabeza como mejor le plazca, pero a eso que llaman libertad
de expresión tiene demasiadas interpretaciones. Se puede seguir saliendo a la
calle a festejar y conmemorar la gloria de un dictador, pero luchar por la
independencia de una región española es un golpe de Estado para esos mismos que
enaltecen la dictadura y las proezas de quien firmaba diariamente sentencias de
muerte contra vecinos, contra paisanos, contra españoles.
La gente sigue
sin darse cuenta que la confrontación acarrea dolor y disgusto, es evidente que
pensamos de manera diferente, pero en la acción se debe llevar una dirección
acordada, pactada, consensuada. Para llegar a ella se han de poner en juego
todas las ideas, todos los pensamientos, saber qué se desea obtener, para
seleccionar el camino más favorable que enlace con la meta perseguida. Lo que
sigo sin entender es cómo se puede decir que se trata de alcanzar en cada
aspecto lo mejor para la ciudadanía, algo que hacen todos cuando quieren
reconciliarse con la gente abandonada todo el año, aún más cuando se aproximan
las elecciones, y no se parecen en nada los objetivos pretendidos por cada
formación política… ¡alguien nos está engañando!
Cada día
cuesta más seguir ilusionado con la política amañada de este país, no digamos
nada de los artistas que trabajan a su manera en ella. La política es una
borrachera de mentiras al servicio del pueblo, es un compendio de barrabasadas
ilegibles, muchas veces ocultas a la ciudadanía, que produce, por lo general
una gran fuga de capitales hacia no se sabe dónde. España debe muchos miles de
millones de euros y las cosas se van a poner un poco peor, la UE ya ha
anunciado que tras las elecciones del próximo 10 N, salga el gobierno que salga…,¡si
sale!, tendrá que recortar hasta la cifra dispuesta por la Unión de seis mil
millones de euros… ¿de nuevo recortes para los obreros de este país? Mientras
tanto, el sector financiero está calladito haciendo otro agujero, me supongo,
que ya vendrá la amenaza para el dinero de los ahorradores, y llegará el Estado
bombero a sofocar la falta de liquidez de los bancos. Ahora especulan todo lo
que pueden, se reparten todos los dividendos que pueden, se blindan las
pensiones millonarias de los ejecutivos de la banca… ahora nadie habla de lo
que es una vieja costumbre del sector bancario, después nos tocará llorar de
nuevo de impotencia cuando el gobierno de turno, a los pies de sus mecenas, les
vuelvan a regalar miles de millones de dinero público, recaudado para hacer
frente a gastos sociales. A ellos les da igual porque tienen seguros sanitarios
privados y salarios tan abultados que tienen para responder ante cualquier
emergencia que requiera un desembolso extra; a los obreros no les sucede lo
mismo, nosotros tenemos lo público y nos agarramos a ello como a un clavo
ardiendo, porque sin ello estamos perdidos. Lo que tenemos lo hemos construido
entre todos, los de ahora y los que estuvieron antes, y lo que es seguro es que
no es de los políticos en propiedad, ellos no pueden vender, regalar o
desatender lo que es de todos.
En España hay
demasiado ruido producido por los políticos, debido a que se mueven egoístamente
por intereses espurios… ¡no dan el nivel!
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