Soy vida, y la vida solo tiene el
propósito de ser lo que es, no pretende ser otra cosa. Soy yo el que me desvío
atendiendo a pensamientos creados por mí. Así que la vida, que es el centro de
lo que soy, y lo que no puedo voluntariamente eludir, me da las circunstancias
para que llegue a comprender y a vivir lo que soy.
Los caminos, las formas, de que
se vale pueden ser variadas, diversas y hasta pudieran parecernos irritantes en
ocasiones. Pero lo que no tiene vuelta de hojas, y a la vez tiene la propia
inercia de la energía de la vida, solo te permite ser uno, si lo eres con lo
que es: la energía de vida. Cualquier desviación, a la que me referí antes, se
paga en forma de contradicción, de frustración, o de cualquier forma que yo me
invento mentalmente; mientras en el fondo perdura lo que es.
Me perdono por todo aquello que
no hago acertadamente e inconscientemente al mismo tiempo, porque en el fondo
de mí no tengo ese propósito, no existe la intencionalidad, no hay nada que
conseguir, pues ya lo soy. Soy la plenitud, el amor, y por tanto solo existe el
gozo, el disfrute de ser feliz, y hacer feliz a los demás.
Puede parecer una fantasía, una utopía,
todo lo que quieran interpretar, y nada de eso tendrá nada que ver con la
energía de vida, con esa corriente invisible que nos une. Y nosotros ignorantes
de ella, peleamos, discutimos, no nos agradamos los unos a los otros, nos
tiramos los tiestos a la cabeza, nos culpamos, nos criticamos, y hemos
convertido la existencia en un calvario artificial, distanciado, separado de lo
único que es real: La vida.
Cuando he actuado de un modo no
acertado, porque como dije antes, lo hice inconscientemente, erróneamente, y
alguien se ha ofendido con ese comportamiento; que sepa que su dolor, me duele.
Que su tristeza también es la mía, que siento que hemos perdido el tiempo
discutiendo, apartándonos el uno del otro. Que estoy arrepentido de aquello que
se recibió como una ofensa, y que le pido disculpas las veces que haga falta,
porque es mi deseo que te sientas bien. Solo así yo me sentiré bien, porque yo
no soy aparte de ti, pues comparto este tiempo y este espacio, en un espacio
continuo, sin ruptura, donde todo nos afecta, en mayor o menor grado, a todos.
Siempre hay una ocasión para
reflexionar y darse cuenta, también hay miles de oportunidades para aprender
porque los demás nos están enseñando, y gracias a ellos podemos darnos cuenta
de nuestros errores. Algunos dicen que actuamos como espejos los unos de los otros,
y es así como nos vemos reflejados, comprendiendo que aquello que vemos en
otros y que nos molesta, es lo que yo debo mejorar en mí. Pues según dicen: lo
veo, me doy cuenta, porque está en mí, lo conozco. Así que tendré que estar
atento para aprender.
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