Vivimos en una sociedad, donde no
es usual que el ofendido sea el que trate de reanudar la amistad con aquel que
le ofendió, pero una vez transcurre un tiempo y se comprende que nadie gana en
ninguna rivalidad, sino que todos perdemos algo al dejarnos de relacionar, al
dejar de intercambiar pensamientos, palabras, conversaciones; al dejar de vernos, abrazarnos, etc.
Estoy convencido de que todos los
involucrados perdemos, nos empobrecemos, nos retraemos en lugar de expandirnos.
Nos distanciamos, nos separamos supuestamente e ignoramos los lazos que nos
unen, el todo es uno se diluye y comenzamos a creer que vivimos al margen del
otro o de los otros.
Según lo veo esto es un error, es
una visión o creencia falsa, equivocada. Son vanidades, orgullos, recreaciones
mentales que nada tienen que ver con lo que somos en el fondo: solo energía de
vida, energía inteligente, energía de amor. Solo cuando alcanzo a comprenderlo,
y en lo posible a vivirme desde ahí, vivo con plenitud, totalmente disponible y
gozoso.
Si tengo un problema, debo darle
solución, buscarla y encontrarla, sin jugar a rivalizar, sin importarme el que
dirán. Los problemas los he pensado, los he creado en mi mente, son
inexistentes pues no puedo dejar de ser la energía plena que soy, que es lo que
soy en el fondo: energía, inteligencia y amor.
Tú y todos somos lo mismo, pero
no un lo mismo independiente o separados los unos de los otros. Podemos
aparentar formas diferentes externas, pero tenemos o compartimos el mismo fondo.
¿Cómo luchar, oponerse o despreciar a otros que son lo mismo que yo?
A veces pienso en relaciones
sociales, de esas que muchos califican de utópicas, pero no hablo más que de
una forma de vivir, de compartir, hablo de respeto, de vida, de paz, de reparto
de riquezas, de erradicar el hambre y el sufrimiento, de amar a nuestros
semejantes. Hablo de vivir con una mayor conciencia con los demás seres vivos y
con el planeta. Hablo de una forma de interactuar realizable, con objetivos
primordiales para la humanidad totalmente alcanzables, pues nuestras
capacidades internas son infinitas al ser la misma energía inteligente de la
vida; pero muchos no lo creen y les cuesta comprender que es posible.
Les respeto, todos podemos estar distraídos,
no pasa nada si nuestra humildad nos permite, al menos, considerar que otra
forma de relacionarnos o de ordenar las prioridades sociales y humanas, es
realizable cambiando el punto de vista subjetivo.
Cuando hablo con los que tanto se
esfuerzan por hacer caer los fundamentos de la vida en sí, los valores éticos y
morales, que propagarían el amor entre todos los seres vivos, me apeno. Me
apena saber que nuestras frecuencias estén próximas como para entender lo que
cada cual dice, pero no estén lo bastante cercanas como para que exista
comprensión.
Solo se trata de un paso, de un
escalón pequeñito de evolución, y esto nos hace cambiar el punto de vista, mostrándonos
una panorámica diferente. ¡Podemos evolucionar!, estamos predispuestos para
ello.
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