Este escrito es una llamada de atención
a los hombres y mujeres que habitan este planeta, sea cual sea su nacionalidad,
raza, color de piel, religión que profesen, etc.; con el propósito de hacer el
bien, de propiciar el cambio necesario en el mundo, que nos conduzca a la salud
mental, física y espiritual.
El otro es igual que uno mismo,
el otro se merece respeto, el otro tiene que ser oído, sus palabras son importantes,
el trato que nos debemos los unos a los otros tiene que ser amoroso, cuidar de
uno mismo y del otro. Desear lo mejor para el otro, proteger al otro, enseñar
al otro, compartir con el otro y considerarnos exactamente como los demás.
Hay una necesidad urgente de
instaurar un código ético y moral, pues ha desaparecido de nuestra sociedad
mundial, lo que ha dado lugar a que hayan verdaderos depredadores del ser
humano. Lamentablemente, no son animales salvajes, son personas que han
olvidado su condición humana y se mueven entre nosotros para devorarnos. Se
devora cuando se permite la violencia, la guerra y la muerte. Se devora cuando
se deja morir de hambre por las razones que quieran argumentar. Se devora
cuando la injusticia solo cae para un lado de la sociedad. Se devora cuando se
abandona y margina a una parte de la población mundial. Se devora cuando se
distribuyen mal los recursos, cuando se les roba las riquezas a los pueblos,
cuando se les condena a la miseria, cuando se les vende armamentos, cuando se
enriquecen unos con el esfuerzo y el sudor de los otros, etc.
Personas como nosotros están
alimentando el horror en el mundo, físicamente como nosotros, aunque
mentalmente diferentes y espiritualmente ya ni les hablo; están a años luz
porque no cultivaron la conciencia. Es por ello que no entran los demás en sus planes.
Ahora les toca a esos hombres hacer una reflexión porque se han cargado las
relaciones entre las personas, han llevado a la población mundial al caos y a
la destrucción. El mundo está violentado, confundido y egoístamente dirigido.
Esto es terrorismo mundial, una forma de genocidio ejercido por los altos
cargos políticos de la esfera mundial, donde se encuentran implicados
millonarios, empresarios y banqueros. El dinero al servicio del mal,
generalmente, en lugar de estar generando o produciendo bienestar, progreso
para todos y justicia social.
Algunos parecen tener la ilusión
de haberse construido una mansión, pero están dando lugar a que cuando salgan
de ella lo que verán fuera será solo la miseria que ellos mismos han creado. O
viven dentro, sin poder salir, o tienen que empezar a cambiar su comportamiento
con respecto a los otros, si quieren que ellos mismos y sus familias puedan
volver a salir a la calle. Estarán cercados del mismo terror que ellos están
propagando.
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