Ayer, en el programa de Castillón Confidencial de YouTube, que suelo escuchar casi a diario para saber qué se cuece en el día a día en España, y le tengo simpatía, entrevistaron a la Presidenta de abogados cristianos, esos que tanto se ofenden y que bien dispuestos están a denunciar a todos los que digan o se manifiesten de algún modo en contra de sus creencias. Este asunto o apartado no me gustó, fue muy parcial, nada objetivo, y muy absolutista, todo para los católicos por ser la religión mayoritaria según ellos, y ningún espacio para los no creyentes. Ningún espacio, y ningún respeto para ellos, solo para los creyentes católicos, y eso no me pareció bien, ni lo comparto. Estamos en un país que se define en La Constitución como Estado aconfesional, y no se le puede exigir al mismo que conceda un estatus dominante a los creyentes católicos, y una recriminación generalizada contra los no creyentes.
Como bien se dice, hablamos de creencias, de Fe, no de nada científicamente demostrable, ni que haya que tener la obligación de creer, y mucho de menos de adoctrinar a otros. Sin embargo, es lo que no han dejado de hacer los creyentes católicos, sin respeto alguno hacia los que no creen o no sienten lo mismo que ellos. Ellos sí que ocupan los espacios públicos para hacer sus actos religiosos sin tener en cuenta la ofensa hacia los no creyentes. El nacimiento del niño Dios, como le llaman, lo hacen fiesta oficial, lo proclaman a los cuatro vientos, llenan las ciudades de belenes, se crea una fiesta comercial-religiosa, nos invaden en televisión, la misa del Gallo, alumbrado especial para la fecha en todas las ciudades, hicieron hace un mes lo que dieron en llamar La Magna, no dejan de hacer propaganda del recibimiento por el Papa de la representación de hermandades. Nos colapsan las calles en Semana Santa, la llenan de sones y procesiones, igual hacen cada vez que celebran el día de algún Santo o Santa de importancia en las ciudades, o cuando es fecha de peregrinaciones religiosas, romerías, signos religiosos por las calles y ciudades, cruces, etc. Jamás se piensa en los no religiosos y en cómo se ofenden sus sentimientos, pero los abogados católicos están con la escopeta cargada a la espera de que alguien diga algo o se exprese de algún modo que ellos puedan llevar a un tribunal a decir que se han ofendido.
En esto el programa de Castillón Confidencial no fue lo suficiente objetivo, se puso claramente del lado de los católicos y de la asociación de defensores de su religión y sus creencias. Vieron bien la imposición de que todos deben ser religiosos y católicos, porque en ningún momento sopesaron a los contrarios, a los que sentimos de otra manera... ¡Son unos ofendiditos, qué lástima!
Seguiremos...
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