Ya estamos en el primer día del
2018, aparentemente, todo sigue igual: cielo claro, temperatura fresca, hemos
sobrevivido a las explosiones de la celebración de la entrada del nuevo año…
hay mucho pirotécnico por ahí, también hemos aguantado estoicamente la comida
propia de estas fechas… quiero decir: excesiva en todos los sentidos, en
cantidad y en alimentos más o menos inapropiados. Me gustó mucho, lo viví como
si fuera un niño, los globos estos chinos, hechos de papel muy fino que en el
interior tienen una pastilla a la que se le prende fuego y cuando se calienta
el aire que tiene dentro el globo, lógicamente el aire se expande, ocupa más
sitio y si se deja escapar, sube y sube, viaja con los vientos, se va haciendo
a cada minuto más pequeño, hasta que llega a apagarse porque se consume la
sustancia que arde y ya solo es un recuerdo de esa luz que se alejaba. Es una nimiedad,
que cuando la vi sacar a unos familiares, me dije: “¡vaya tontería, imitando a
los chinos!”, pero tengo que reconocer que hizo un efecto inesperado en mí. Me
ilusionó como si fuera un niño… reconozco que me anticipé con el pensamiento.
2018 es una nueva oportunidad
para hacer las cosas mejor cada uno y una de nosotros. Empecemos con buen pie y
hagamos todo lo mejor que sepamos hacer para satisfacernos nosotros y nosotras,
así como a los demás. A nivel de los que dirigen, que no debieran tener ese
privilegio o esa atribución, pues como digo siempre, son empleados nuestros,
¡ojalá!, se den cuenta que tomaron un camino equivocado. No voy a decir mucho
más, no les voy a castigar mucho más porque solo estamos comenzando el año,
solo recordarles lo que ya saben y que miren lo que han hecho, dónde estamos y
a dónde nos llevan; pedirles sensatez, honestidad e inteligencia para cumplir
adecuadamente con sus obligaciones. Ahí lo dejo, tengo 365 días por delante para
zumbarles si siguen por donde van.
Por lo demás, pues ya saben, como
media España luchando con estos virus que se están aprovechando del invierno
tan seco que estamos teniendo por el Sur. Creo que habrán llovido cuatro días
en todo el invierno, ni para aclarar la atmósfera, así están los cuerpos,
peleando por no ser invadidos. A unos nos ataca más al pecho y a otros más al
digestivo, en unos se produce una bronquitis capaz de desembocar en principio
de neumonía y, en otros, se produce un proceso corto, de unos días, de diarreas
y vómitos… ¡mientras que el cuerpo aguante…! Esto no nos va a afear este 2018,
estamos dispuestos a dar guerra de la buena, nada de armas, nada de
explosiones, nada de muertes… ¡a por el 2018! A por el 2018 con ilusión, con
esperanza de que todo va a ser mejor para todos, nadie en la humanidad va a
seguir padeciendo necesidades, eso tiene que acabar y va a ser este año. Yo
llevo viendo desde que era un niño pequeño, noticias hablando de la desgracia de
los abandonados, de los marginados del Planeta, y esto no puede seguir ni un
año más. ¿Qué digo: ni un año más?, no puede seguir ni un día más. Hemos tenido
todas las mesas abarrotadas de alimentos que no hemos sido capaces de agotar,
así que no puede haber gente en el mundo que no pueda alimentarse. Las
barreras, las dificultades y las fronteras, las nacionalidades, y todo eso,
tienen que desaparecer. Somos ciudadanos y ciudadanas del mundo, no
pertenecemos a nadie ni a ningún país… somos del mundo, nadie se tiene que
apropiar de este. O evolucionamos o sucumbimos, y yo deseo que todos
evolucionemos en este 2018, así que ánimo, salud y felicidad para todos y, como
dije antes, ¡a por el 2018!
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