Los Gobiernos de las zonas
deprimidas del mundo, podrían tener un tractor al menos que les arara los
campos a esos pueblos que no tienen nada para comer. Podrían facilitarles
semillas y hacerles algunos pozos, podrían querer un poco más a sus gentes y
demostrarlo mediante gestos como estos… cualquier Gobierno lo podría hacer. No
es de derecho ni humano dejar morir de hambre a sus ciudadanos porque ya de por
sí no tienen nada y nada pueden aportar al sistema corrupto, que seguro lo será.
Probablemente, el que mande en el país que fuere, seguramente su Presidente o
el Rey, vivan sin faltarle un detalle o un capricho, pero su pueblo se muere de
hambre y de sed, por falta de alimentos y de agua potable. Por esas
circunstancias enferman con mucha facilidad y tampoco les facilitan las
medicinas necesarias para combatir sus enfermedades y tras una larga agonía,
mueren. Hay pueblos así a lo largo de todo el Planeta y no hay organizaciones
que hagan todo lo que debieran hacer para evitar esto, tan incomprensible en
los tiempos que corren, de tanta tecnología, de tanto lujo y de tantos excesos
en otras partes del mundo.
Esta carencia de amor es para
mirarla detenidamente, esta falta de consideración y respeto por la vida de
nuestros semejantes es de lo más grave que puede ocurrir. Es muy grave porque,
precisamente, les cuesta la propia vida a esas personas que no tienen nada.
Nada material ni ninguna aspiración de futuro… sus días están contados, solo
esperan ir consumiéndose, ir devorándose a sí mismos ante la falta de
alimentos. Ante tal desastre no reacciona el mundo, toda la vida hemos asistido
a acciones de algunas organizaciones no gubernamentales: los camiones de víveres
que les llegan cuando les llegan y nunca son suficientes. El problema continúa
ante la pasividad del resto del mundo que no exige a sus gobernantes que
repartan, un poco mejor, la riqueza entre los habitantes de sus pueblos.
Hablamos de lo básico, nadie ha
nombrado, siquiera, cualquier aspecto del mundo moderno: robotización,
automatismos, avances tecnológicos, etc., no hablamos de comodidades y de los
últimos diseños de nada, solo estamos hablando de que se les permita vivir, que
puedan tener el derecho a la vida con lo básico: comer, beber, tener donde
cobijarse y trabajar. Nadie les quiere regalar la luna, nadie ha nombrado el
mal endémico de estos tiempos: el dinero. Hablamos del principio de la vida,
han nacido y tienen derecho a vivir como seres humanos que son, ¿qué está
haciendo el mundo moderno para proteger sus vidas? En el primer mundo no existe
el apoyo necesario a los que van quedando atrás, la insolidaridad se extiende
por el mundo, la insensibilidad y el egoísmo triunfa en nuestras sociedades,
¿cómo voy a pretender que atiendan las necesidades de esa pobre gente? Soy un
ingenuo por tratar de que les oigan y que les presten ayuda para vivir, parece
que a nadie le importa nadie. Esto se asemeja a una jungla llena de
depredadores y, todo el que puede, amenaza, ataca y, si puede, devora al otro.
¿En qué nos hemos convertido?
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