Esta mañana me pregunto por qué
las iglesias no son locales comerciales como otros cualquiera o naves
industriales, solo refiriéndome al espacio, a la superficie a utilizar,
evidentemente, no aludiendo a lo de comercial o industrial, no voy por ahí.
Esta mañana me llama la atención que todas las iglesias sean construcciones
millonarias, exuberantes, recargadas, artísticas, ¿por qué, hacen falta esas
terminaciones para poder acoger a gente que desee amar a un Dios o, sencillamente,
quiera practicar una religión? La controversia del asunto es que además la
curia no quiere pagar impuestos por sus inmuebles, argumentando que son para
practicar el culto: dar misas, casar, celebrar comuniones, etc. ¿Por qué se ha
de practicar una religión que sigue a un supuesto hombre que vivió en la
pobreza y para los más pobres, que no tenía nada más que dones divinos y amor,
según nos han hecho creer, en edificios tan destacados dentro de las ciudades?
Sabemos que también tienen de las
mayores colecciones de artes en los edificios propiedad de los religiosos y
religiosas. Sabemos que desde hace siglos la iglesia ha ejercido como un poder
factico en la sociedad, han mandado en muchas ocasiones más que los reyes de la
época, de ahí los privilegios de los que gozan. Su negocio es tener gente
obediente y miedosa del castigo de Dios, esa es su historia, además de cantidad
de guerras y de crímenes, de violaciones, embarazos ocultados a los ojos de la
sociedad y de tráfico de recién nacidos. Y si hablamos del Vaticano, un estado
de los más ricos del mundo, con banca propia y dicen algunos medios de
comunicación que algo tienen que ver con el tráfico o la venta de armas. Todo
resulta un mal ejemplo de lo que debe ser el buen sentir religioso, al menos
como yo lo entiendo, pero como sucede en casi todos los apartados de la vida,
hay traidores, malnacidos, gente mala, que hacen atrocidades y se dan golpes en
el pecho mientras miran a los cielos suplicando el perdón, ¿y el daño que has
hecho, qué?
El miedo tiene secuestrado a
cantidad de gente y esa misma gente cuando habla dice que hay que creer en
algo, que es lo que nos han enseñado y se queda tan pancha. Yo me cuestiono eso
y otras cosas, abandono el miedo al castigo y comprendo que mi Dios es la
energía de vida que me asiste, que asiste a este cuerpo, no necesito creer en
nada externo a mí, todo está dentro, solo tengo que pararme más a escucharle y
a sentirle, esa es la religión que necesito para sentirme vivo y para sentirme
bien, yo lo soy todo, cada uno de nosotros y nosotras lo somos todo. La vida
nos da oportunidades para transitar diferentes situaciones y completarnos,
aprender de ellas, solo debemos estar atentos, despiertos, presentes. No veo la
necesidad de gente que nos conduzca, nos guíe, nos dirijan y nos aleccionen. No
veo la necesidad de creer en nada externo que no sea la condición humana y sus
cualidades más dignas y preciadas, que también están aunque haya mucha gente
exhibiendo lo peor del animal que da lugar a nuestro cuerpo físico y mental.
Todo eso puede ser trascendido, podemos estar por encima, somos mucho más que
esa simple o primitiva conducta. Tenemos un componente más sutil que es el que
nos hace tan hermosos y, todo ello se puede llegar a vivir y a comprender, sin
necesidad de ostentosos edificios.
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