Marianillo, el cínico, es el que no
sabe nada de lo que sucede en su partido: no sabe si hay una caja en B,
desconocía cómo se pagó la reforma de la sede de su partido, no sabe de dónde
procede el dinero para pagar sus campañas ni cuánto se gasta en ellas.
Marianillo, el cínico, como el resto de los políticos, a la vista de la
sociedad, supongo que ha defendido la igualdad entre las personas pero cuando
es preguntado por los salarios desiguales entre hombres y mujeres que
desarrollan el mismo trabajo, dice que es mejor dejar las cosas como están.
Marianillo, el cínico, desconoce la corrupción de los que tiene a su lado y
dice confiar en todos ellos, además, a algunos de los corruptos de su partido
les premia con cargos mejor remunerados. Marianillo, el cínico, recorta en todo
lo que sean servicios públicos y bien para la ciudadanía, pero no tiene reparo
alguno para anunciar el rescate de los bancos y cajas, o de las autopistas.
Marianillo, el cínico, regala nuestro dinero a sus amigos y no tiene pudor
alguno para hacerlo a cara descubierta y a plena luz del día, le da exactamente
igual. Marianillo, el cínico, tiene firmada la apertura de una cuenta en un
banco en Suiza y, todavía, no ha dado explicaciones por ello. Marianillo, el
cínico, suele mentir constantemente mientras su ojo izquierdo le traiciona
cuando miente, del mismo modo que él nos traiciona a los españoles.
Marianillo, el cínico, forma parte
de una organización criminal para delinquir, como así ha sido dicho por algunos
jueces que han comprendido el modus operandi que tiene el PP instalado en todo
el territorio nacional. No es justo que una persona como Marianillo, el cínico,
con una catadura ética tan deplorable, sea la persona que pueda tomar las
decisiones en este país. En los papeles de Bárcenas el M. Rajoy que aparecía
como una persona a la que se le pagaba con sobres de dinero negro, debía ser
nuestro Marianillo, el cínico, que como es normal y debido a su cinismo, no lo
reconoce. Los jóvenes de este país le van a estar muy agradecidos a Marianillo,
el cínico, por haberles dejado sin futuro y sin pensiones. Ahora no
trabajan pero son mantenidos por sus
padres, mañana no sabemos qué será de ellos sin trabajo, sin ayudas, sin
pensiones… a mendigar. Eso es lo que está creando Marianillo, el cínico, un
país de futuros mendigos, fracasados, gente sin futuro, sin expectativas, sin
motivación… un fracaso de España y una España endeudada a tope. Todos estos
triunfos, así como la precariedad laboral existentes en estos momentos, se los
debemos a Marianillo, el cínico.
Marianillo, el cínico, robocop,
el hombre que se olvida de sus brazos al andar y se lo han tenido que enseñar
porque su tendencia natural es olvidarse de ellos, no sabe qué hacer con ellos,
por eso muchas veces lo mete forzadamente en los bolsillos de la chaqueta,
tiene paso militar, bracea artificialmente con una coordinación que a él le
resulta un tanto dificultosa. Ni para esto servía, no sabía andar de un modo
balanceado con naturalidad, no tenía carácter ni en el caminar, era uno más y,
seguramente, se tuvo que someter a pesadas sesiones de corrección para llegar a
mostrar algo que no es lo que su cuerpo, por naturaleza, desea hacer.
Marianillo, el cínico, es un personaje preparado para actuar en la gran obra de
ficción de la política española. Fue elegida marioneta central del espectáculo,
porque siempre eligen a la que más moldeable es y mejor se deja manejar… así es
Marianillo, el cínico.
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