Hablar de las condenas, los años
de cárcel, la reinserción, si hay que cumplir las penas integras, etc., es
andar por el filo de una navaja cuando se quiere quedar muy bien, en términos
humanos, pero resulta que cuando quiere uno parecer muy humano con el criminal
o delincuente, tal vez, se está siendo muy injusto e inhumano con su víctima.
Todos comprendemos que en un momento de furia, indignación, humillación o
desequilibrio, se pueda cometer un acto puntual muy desgraciado que quizá se
pueda hasta justificar de algún modo, pero ese no es el caso de algunos que
reinciden una y otra vez, a pesar de haberse tragado algunos años de privación
de libertad… no se reinsertan. Hemos conocido el caso de violadores que han
cogido un permiso, aprovechando para hacer lo que su cuerpo y su mente mejor
saben hacer: atemorizar mujeres y abusar de ellas. Constantemente leemos en
prensa o escuchamos en los medios, que tal o cual delincuente ha sido detenido
y cuenta con cincuenta o sesenta detenciones anteriores. En estos días hemos
sabido del ultra del Atlético de Madrid que intervino en la muerte del hincha
de la Real Sociedad: Zabaleta, que tras doce años de prisión, sale y apuñala la
semana pasada a un aficionado de su mismo equipo.
La reinserción en una cárcel
habría que ponerla en duda o se da en muy pocos casos, al menos, es como lo
percibimos desde fuera. Yo sigo pensando que en España hay mano blanda para con
los delincuentes, sobretodo, para los de clases altas, sus condenas son mucho
más cortas en comparación con las de la gente corriente. Consiguen más rápidamente
los beneficios carcelarios, se les indultan con cierta frecuencia y compran su
libertad mediante el pago de fianzas que pagan con el dinero robado, sin que se
les exija la devolución del mismo. En estas condiciones hay mucha gente
dispuesta a delinquir en este país, les resulta ventajoso hacerlo, como mucho
les encierran dos o tres años, a la mayoría de ellos, y después pagan su fianza
y se van a disfrutar del botín que tienen a buen recaudo. No hay que tener
miedo en aplicar condenas justas, y no lo serán hasta que se consiga que los
daños sean reparados, o sea, que si alguien roba seis millones de dinero
público, por ejemplo, nos sea devuelto los seis millones íntegros, y que no
recupere la libertad hasta que cumpla el tiempo completo de su condena por el
acto ilegal realizado más dicho resarcimiento monetario a la sociedad. Ya
pueden ir pensando en cómo se compensa un asesinato premeditado… jamás se podrá
resarcir a la víctima y a sus familias, ¿hay derecho a que un asesino vuelva a
ver la calle, cuando su víctima jamás podrá hacerlo?... esto es complicado,
¿eh?
Y para ir acabando no quisiera
dejar de decir una vez más mi visión sobre lo que deberían ser la prisiones.
Pienso que todas deberían ser reconvertidas en centros de trabajo, factorías de
algún tipo, donde los presos y presas trabajaran ocho horas por un salario
normal. Es necesario hacerlo, porque además de ser delincuentes y haber
producido daños a terceros o a la sociedad, no es justo que tengamos que correr
con los gastos que ocasionan esas personas. Tienen que trabajar para seguir
activos y generar un tipo de negocio para llegar a cobrar ese salario que se
dividirá en tres partes. Supongamos que el salario fueran novecientos euros, se
dividiría, como dije anteriormente, en tres partes: trescientos euros para la
manutención del preso, trescientos euros que se enviarían a su familia y, otros
trescientos, para ir pagando el daño a terceros o a la sociedad. Pueden deducir,
todos los que no quieran devolver los millones robados, cuándo van a salir de
la cárcel. Aquí no hay culpables de que sus condenas se alarguen más que los
propios presos. De ellos dependerá salir antes o después, lo que no quiere
decir que la condena referida al acto cometido no se cumpla, claro que sí, íntegramente;
o sea, si robar de un Ayuntamiento seis millones de euros es condenado con seis
años, pongamos por caso, ese delincuente tiene que cumplir los seis años
enteritos, pero si durante ese tiempo no ha devuelto los seis millones, se le
prolonga la condena hasta que los devuelva en su totalidad, no valen los
acuerdos con la fiscalía ni con los jueces, no valen las rebajas de condenas
por colaboración… esto es fácil, o pone la pasta sobre la mesa o no sale, a
trabajar y a seguir pagando. Es posible que con frecuencia muchos de esos
salgan ya en el cajón y con los pies por delante, así comprenderán los que
tengan malos pensamientos, que no merece la pena robar, porque o lo devuelves o
no sales más a la calle. Hace falta una justicia de verdad y unas leyes de
verdad… es fácil acabar con toda la sinvergonzonería actual, la humanidad no
hay que emplearla siempre para amparar al delincuente, eso queda muy bien, pero
soluciona bien poco.
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