Qué estamos buscando, habría que
preguntarse, se presenta Vox y casi habla de hacer una nueva guerra civil
española, los policías y guardias civiles se manifiestan, nuevamente, en
Cataluña; siguen los de la banderita jaleados por ciertos políticos bien identificados:
Rivera y Casado, haciendo ruido ante la exhumación de Franco o la supuesta e
inventada estrategia de que el Gobierno está del lado de los que ellos gustan
llamar “golpistas”. Toda esa gente qué es lo que pretende, el caos, la muerte,
los disparos, las confrontaciones, que se acabe la paz, creo que no son
momentos para fomentar el odio y sí para calmarnos todos.
Como sabemos, dicen haber
apresado a un trabajador de la seguridad privada que se ofrecía por las redes
sociales para terminar con la vida de Pedro Sánchez. Yo no sé si eso es un
montaje electoral ni voy a entrar en ello, pero por comparación de hechos, y no
digo con ello que para mí sea culpable el rapero Valtony, a ese que se la da de
francotirador se le debe caer el pelo, porque si por cantar letras que no es
más que un modo de hacer uso de la libertad de expresión los jueces parece que
se estremecieron; si alguien bravuconamente insiste en querer terminar con la
vida del presidente, debería pasarse unos años en la cárcel para que se le enfríe
el franquismo enquistado y recalcitrante que ocupa su mente. El rapero, solo
por cantar, tuvo que salir por patas para que no lo sentaran a la sombra unos
años, algo inaudito en estos tiempos.
Para que te voten no puede valer
todo, hay que mirar las consecuencias de los actos de esos voceros bicolores
alentando a la población, despertando los demonios del nacionalismo mal
entendido y partidista. No se puede hablar de odio y al minuto siguiente estar
hablando de unidad de España, porque en el minuto anterior mandabas a romper, a
fracturar, a empujar, a golpear a una parte de España, eso es lo que están
pasando por alto esos imanes del odio envueltos en la bandera como si fuera de
ellos, o ellos fueran el modelo de español puro. Hablemos todos sin banderas,
sin colores, sin partidos, sin intereses personales, ¿a ver quién puede
hacerlo?, ¿a ver quién es tan auténtico y fiel a la población española como
para mostrarse así, desnudo? Rivera lo intentó cuando se presentó por primera
vez a las elecciones españolas, era el hombre desnudo en un intento por decir a
la gente que no tenía dobleces, que no había más que lo que dejaba ver, pero su
boca no hace justicia a esa desnudez, hay más, como le sucede a todos los
políticos, aún no apareció el que transite desnudo, limpio, transparente y a
las órdenes de la ciudadanía española, con la sola intención de conseguir todo
el bien que sea posible atesorar para mejorar la vida de la gente… ¿dónde está
ese político?
Creo que ha llegado la hora de
que todos los políticos hagan una profunda reflexión de su proceder, se
replanteen sus objetivos personales, y si esos prevalecen frente a los intereses
del colectivo, que por favor se aparten, se marchen, esta lucha es diferente,
esto no va de rivalidades y odio, esto va de comprensión, de compasión, de amor
hacia las personas, de poner cada cosa en su sitio, de no venderse ni
corromperse, esto no va de robar a la ciudadanía sino de emplear ejemplarmente
cada euro recaudado, esto va de honestidad y de coraje para hacer una sociedad
nueva en la que podamos vivir todos, sin dejar a nadie detrás, dignamente. Esto
no va de salvarse pisoteando a otros que es lo que puede ocurrir si se oyen los
atroces mensajes subliminares que están lanzando ciertos políticos.
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