Hace unos días
supimos que el “artista” Maurizio Cattelan se quedó con el medio mundo
idiotizado, con esa “estupenda obra de arte”, me refiero a aquel plátano pegado
a la pared con cinta americana, pero lo peor no es que esa persona tuviera tan
“tremenda e inalcanzable idea inteligente-creativa”, sino que otros, al menos
dos, según dicen los medios de comunicación se atrevieran a pagar alrededor de
100.000 dólares por tan genuina obra. ¿Es posible caer más bajo, podemos llegar
a ser más tontos…?, parece que así es, podemos traspasar todas las fronteras de
la idiotez porque no está penalizado hacerlo.
Lo primero que
me pregunté al saberlo es, qué haría el adquirente de tan impresionante
representación del arte cuando hubieran transcurrido una semana o diez días y
el plátano estuviera marchito, podrido, como se ponen dichas frutas, y todas,
cuando no fueron engullidas o comidas. Entonces, me vino otra idea a la cabeza,
¿y si hubiera sido el mismo “garabateador” de paredes, espacios museísticos,
salas de exposición, etc., el que hubiera comprado anónimamente tal basura,
claro, hablando de arte, porque el pobre plátano ya tenía lo suyo con estar
prisionero de la cinta americana y expuesto en tan lamentable estado, privado
de libertad, ante un público enfervorecido con tanto entusiasmo propiciado por
la colosal obra de arte.
Ahora viene la
segunda parte, los que faltaban, los que deben estar en un nivel cósmico que no
llego a penetrar y sacan sus móviles para plasmar para todas sus vidas, mediante
selfish tan fantástica alegoría de lo sublime, a sus espaldas. Si seguimos así,
es posible que en este año, que está a punto de terminar, nos convirtamos en
seres mágicos, no sería de extrañar dado el camino tan fugaz de inteligencia y
creatividad que estamos consiguiendo. Un plátano pegado a una pared con cinta
americana ha dado la vuelta al mundo, una vez más, gracias a unos medios de
comunicación que, como vemos, ofrecen las noticias más importantes de lo que
sucede en el Planeta… ¡la humanidad está salvada!, no hay nada que temer, el
cambio climático es un cuento… siempre nos quedará el plátano pegado a la
pared.
Y ya que
estamos hablando de toda esta idiotez, por qué vamos a dejar escapar el
postureo político una vez más, en esta ocasión por parte de nuestro Presidente
del Gobierno, quién acudió a la cumbre del clima en un coche eléctrico. Igual
hizo diez kilómetros en un coche eléctrico un día, mientras viaja a diario en
un coche particular u oficial con motor de combustión interna y combustible
fósil contaminante. No digamos, cuando agarra el avión oficial y lanza miles de
kilogramos de co2 al aire
que todos respiramos… ¿a dónde nos puede llevar gente tan poco integra, poco
coherente y alejada del humanismo que tanta falta hace en esta sociedad actual?
Presidente como este señor, o los mangantes que hemos tenido y obras de arte
como el plátano o cuatro líneas de colores en un lienzo, que las hace de manera
similar cualquier crío al que se le facilitase un pincel y unos tubos de óleo,
desprestigian el buen hacer, distorsionan el sentido común, ofenden la
inteligencia y el sentir de la ciudadanía. Hay aspectos que se deben cuidar por
la buena salud mental del conjunto.
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