Imagen: es.borges.es
Ahora sí se
termina el 2019, hoy es el último día, ha sido un año fabuloso con sus vientos
en contra y sus vientos a favor, pero para qué me voy a quejar, si ya aprendí
que sirve para bien poco…, ha sido maravilloso, todo ha estado bien. Solo es de
esperar que el año que viene, así como todos los demás que deban llegar,
también, sean fabulosos, como se suele decir, al menos como este. No nos ha
tocado la lotería, pero hemos gozado de buena salud, hemos tenido ánimo para
hacer todo lo que hemos tenido que hacer, qué más queremos.
Si el barco
español volviera a navegar con un rumbo preciso y una carta de navegación
adecuada que nos llevara a todos los españoles a buen puerto, sería lo
deseable. Mi cabeza se ve asaltada en estos momentos por asuntos políticos que
trataré de obviar y aparcar en un día como este, solo espero que las
detonaciones de los fuegos artificiales sean pocas y no molesten demasiado. Es
bonito su colorido en el cielo, pero los estallidos y la contaminación del aire
debido a la pólvora dispersa en él, me resultan molestos aspectos de la
celebración que hacen algunas personas. Su alegría es el enfurecimiento de
otros que se ven afectados negativamente por las explosiones y vibraciones que
producen los productos pirotécnicos. Tampoco voy a hacer sangre con este asunto,
solo volveré a aconsejar que pensemos un poco más en los demás.
Para entrar
en el nuevo año volveré a recordar que podemos ser mejores personas si nos lo
proponemos, todos tenemos la capacidad de convertirnos en mejores personas en
el momento que incorporemos a nuestro vivir diario algunas normas esenciales
que yo suelo resumir a tres: Que te importe lo que le suceda a los demás, que
desees para ellos lo mismo que quieras para ti y que llegues a amarles. Es así
de fácil, no hay que llevarse años preparándose o estudiando, lo puedes
conseguir aquí y ahora, solo tienes que ser consciente de lo que haces en cada
momento y de las repercusiones de tus actos. Debemos respetar a los demás, no
hacerles daño, evitar el conflicto para que ninguno de los dos sufráis, os perjudiquéis,
dialogar, buscar las soluciones que mejor satisfagan a ambas partes, pretender
que el otro se sienta bien y amarle. Cuando cada uno de nosotros lo aplique a
su vivir diario, todos los problemas se solucionan en el mundo, es así de
fácil, repito. No se pueden imaginar cuánto se gana día a día con un obrar de
este modo…, todos salimos ganando.
Confíen en
la magia de la vida, aunque no tengan ninguna creencia en la misma o no hayan
oído nada de ella. La magia de la vida siempre nos procura las situaciones más idóneas
para que nos completemos en aquello que no tenemos lo suficientemente pulido.
Es por ello, que debemos aceptar lo que llegue, y seguir adelante, actuar, que
ningún miedo nos paralice, aprender de cada vivencia, estar presentes en la
circunstancia que hay que vivir. Demasiadas cosas nos distraen hoy, démosle a
cada cosa su lugar correspondiente, prioricemos según el orden de importancia
que requiera cada situación. No nos preocupemos de los asuntos, actuemos para
darles solución, para resolverlos, para vivirlos conforme a nuestros principios
y capacidades. Sigamos adelante, no nos dejemos arrastrar por nada, no nos apeguemos
a nada, apreciemos toda su belleza, tomemos conciencia de todo y sigamos
caminando…, la vida es una carrera de fondo, en la que no debemos perder el
ritmo para alcanzar la meta; pero eso sí, que nada ni nadie nos haga marchar a
un ritmo que no sea el nuestro, ni por caminos que se distancien de nuestros
fines. Por supuesto, que vuestros fines no se alejen de, al menos, los principios que sabemos aseguran un vivir
respetuoso con todos los seres vivos, que desea lo mejor para la humanidad y
que se desenvuelve en el amor hacia los demás.
La sociedad
actual se mueve por criterios y fines materiales que olvidan aquellos
principios que mencionamos, pero es obligación de cada uno encontrar el
equilibrio entre estar aquí para percibir lo material necesario para vivir, y
seguir siendo consciente de quiénes somos en lo profundo del ser, de las
capacidades humanas que se pueden despertar y los valores, igualmente, humanos
con los que nos debemos relacionar. Llegados a este punto, solo me queda
abrazaros a cada de uno de vosotros y vosotras, así como desearos que el año
que está a punto de llegar nos dé muchas oportunidades de actualizar nuestro potencial
humano. No olvidéis incorporar y vivir según lo que hemos comentado
anteriormente, basta con que lo pretendáis para que sea una realidad en vuestro
día a día. ¡FELIZ NOCHE DE FIN DE AÑO Y FELIZ AÑO NUEVO!
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