Cuando vivir
es cuestión de expectativas para muchas personas, cuando creer que transitar la
vida es como andar por un túnel oscuro, es el momento para trazar tu ruta. Tú
eres tu guía y el inventor del camino, dentro de ti hay una intuición que sabe
lo que ha de hacer, camina, préstate al caminar y disfruta de cada mañana, de
cada día, de cada persona con la que hables, con la que contactes, de cada
jefe, de cada cliente. Lleva la verdad por delante, como decían muchos de
nuestros mayores, ve con claridad, trata a las personas del mismo modo, diviértete
con lo que hagas, porque estás haciendo el bien a los demás.
Cultiva
valores, algo que se está perdiendo por distracción de las personas, tú siéntelo
dentro, en lo más profundo de ti. Hazte amor, si te es posible, aproxímate al
estado silencioso de la observación, del aprecio, de la colaboración. Aproxímate
al estado profundo que cada uno somos en el fondo o en esencia.
Tenemos
capacidad para ser quienes somos sin las capas de protección que hemos ido
acumulando a lo largo del tiempo. Somos amor y el amor no distingue entre
colores, sexos o religiones ni ideologías prefabricadas. El amor es un desarrollo
fuera de lo que somos dentro cuando el contenido tiene la suficiente
transparencia y todos lo somos. Dedícate un poco de tiempo, acércate a la
tierra, al mar, a la vegetación y a los árboles, posa tus pies, tus manos o
todo tu cuerpo en la naturaleza, hazlo conscientemente, en silencio, siéntela, llénate
de ella, siéntete dichos@.
La
transformación comienza cuando tú lo decidas, cuando cambies el ritmo frenético
que has llevado hasta ahora, cuando bajes las revoluciones y comiences a
disfrutar de lo que ves, de lo que oyes o de lo que abrazas. Toca con tus
manos, no te prives de tomar contacto con la gente, con los animales y con la
naturaleza en general. Aprende a sentir, a dar y a recibir, aprende a apreciar
y si te permites un poco de sabiduría comienza a hacer nuevas lecturas de lo
que te toca vivir, ve la botella medio llena, porque la enseñanza está impresa
en cada situación por terrible que pudiera parecer. En ese momento alguien
llega y hace aquella lectura que te hacía falta, la que necesitabas oír; era
cuestión de estar atent@.
Solo cambia de
un modo consciente el que quiere hacerlo y no se encierra tras algunos de sus
escudos, aquel que se atreve a saltar al ruedo de la vida con los ojos bien
abiertos y aquel que está dispuesto a cambiar de ritmo y aprender. Cambia aquel
que se llena de humildad y cede ante el otro porque su objetivo no es la
revancha ni destacar, sino aprender de cada persona, de cada situación y trata
de mejorar no tropezando demasiadas veces en lo que cree son impedimentos. Es
cuestión de actitud y todos podemos, estamos cualificados para subir un peldaño
en el campo de la consciencia.
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