Hablan de
actitud temeraria, de terrorismo, de extrema izquierda, de querer desmembrar
España o de anti sistemas. Esos mismos se
esfuerzan por crear miedo en la gente y de enfrentarlos con aquellos que hablan
de ilusión y nuevas perspectivas. Hay gente que gobernando ha descuidado tanto
sus obligaciones, que ha convertido un país que marchaba y que hace años tenía
cantidad de industrias en pequeños polígonos, con pymes abocadas al cierre,
trabajadores que se encuentran en el filo de la navaja, muchas protestas y
manifestaciones, más que nunca ha sufrido el “ingobierno” actual por su forma
de legislar que roza el surrealismo, sin consenso de ninguna otra fuerza
política, a base de decretazos o como podríamos decir: “por mis huevos”, para
eso somos mayoría absoluta, pero muy mal empleada contra los intereses de
España y de sus ciudadanos, poco más o menos que como se hacía en la dictadura
de hace cuarenta años.
Mucha
represión policial, mucha prepotencia de ciertos políticos, ministros, Presidente
del Estado, etc., para hacer callar a la población para acongojar y sellar
nuestras bocas. Miedo a las sanciones en tiempos en los que nadie anda sobrado
de dinero, salvo ellos mismos y sus amigos los banqueros a los que el sistema,
que no quieren que se rompa, ha protegido de maravilla.
Hacen falta
puestos de trabajo, industrialización, dinero para consumir, alegría en los
corazones de las personas, recursos propios y dejarnos de seguir hipotecándonos
porque el marrón va a alcanzar a no se cuantas generaciones venideras. Todos lo
que nacerán en los próximos años deben unos cientos de miles de euros, sin
comerlo ni beberlo. Ellos son inocentes de la situación que se encontrarán y
hay responsables que nos han llevado a esta coyuntura, pero que no pagarán por
ello porque estamos en el país de la picaresca, en el paraíso del delincuente
de guante blanco y la justicia está comprada, al menos amañada y responde
divinamente cuando se le pide el indulto para ciertos delincuentes amiguetes.
La integración
en Europa está bien siempre que los habitantes de los países que se integran
estén bien, pero si ello supone pobreza para la gente, deuda para los países y
condiciones de desmantelamiento de nuestro potencial industrial, agrícola,
ganadero o pesquero; es un alto precio que hemos ido pagando progresivamente
gracias a la labor de arrodillamiento de los presidentes que hemos tenido en
España. No se salva ninguno, todos han vivido por encima de nuestras
posibilidades en connivencia con los banqueros, aceptando grandes créditos para
luchar por el que es su único y esencial interés: conseguir la victoria en las
elecciones. El bienestar de los ciudadanos es un cuarto o quinto plato para
nuestros políticos, que tienen vocación de engrosar sus cuentas haciendo gala
de una exagerada desconsideración hacia el ciudadano.
Ahora hablan
de regeneración y para ello es necesario de que desaparezcan los de la
casta-mafia que solo piensan con hacerse con la poltrona en las instituciones.
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