El pequeño
Nicolás pudiera ser el motivo de distracción, utilizado por el “ingobierno”
para apartar la atención general de los frecuentes casos de corrupción: Gurtel,
Bárcenas, Urdangarín y señora, etc., pero eso sí, un largo etcétera.
Tal como lo
dibujan, tenemos a un joven, que puede ser un estafador, con cobertura de
ciertas personalidades, haciendo temblar las endebles estructuras de las
instituciones españolas. En cualquier caso, esto viene a demostrar lo frágiles
que pueden ser las instituciones cuando alguien puede llevarse años haciendo
negocios con personalidades y altos cargos de diversos entes del mundo
empresarial principalmente.
Ahora dicen
que el psiquiatra le ha diagnosticado delirios de grandeza pero que no necesita
tratamiento. Va al juzgado y se niega a declarar, es dejado en libertad a pesar
de que se sabe que estafó miles de euros y ni siquiera le imponen fianza. ¡Aquí
está pasando algo más de lo que nos presentan!
El pequeño
Nicolás intimaba con personalidades, principalmente gente del partido político
del PP, se fotografiaba con todos, asistía a todos los eventos, se movía como
pez en el agua, era invitado a los palcos de los campos de futbol, falsificaba
según informan y no se si le han llovido querellas de todos los cargos
suplantados. Creo que hablan de chiquillada y de que no les conocían, aunque
hayan dormido una siesta en su sofá tras tomar una coca-cola, aunque se
hartaran de pasarse whassaps o se fueran
de copas y de niñas. ¿Alguien se puede creer algo de lo que ha sucedido?
Otros dicen
que lo del pequeño Nicolás, metido en FAES y PP desde que tenía 14 años, no es
más que ha aprendido de lo que se movía a su alrededor. Es como si hubiera “mamado”
la forma en que se organizan las tramas de corrupción internas y hubiera
aprendido a moverse en ese ambiente de comisiones, negocios oscuros, adjudicaciones
poco claras, etc. El se llama a sí
mismo: Conseguidor, un mediador que suplantaba personalidades para hacer negocios.
Mientras
tanto, hay familias sin ingresos, colegios que no quieren abrir en vacaciones
para dar de comer a niños sin recursos en sus casas, una injusticia social de
dos pares de cojones y para callar al personal: las porras de la policía y las
sanciones de la Ley Mordaza. Los trabajadores, pobres, sin convenio colectivo,
reducción de sueldos, y perdidas de pagas extraordinarias. Empresas que siguen
cerrando, una deuda pública de un billón de euros y unos intereses diarios de
cien millones de euros. Debemos ya todo lo que vaya a generar el país el año
que viene, el importe integro del PIB, es como si durante el próximo año no pudiéramos
pagar nada, ningún gasto, ni un solo euro en todo el año y, pequeño Nicolás
para arriba, pequeño Nicolás para abajo.
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