Lo anunciaron,
aunque fuera de programa, y lo hicieron; aprobaron la “Ley Mordaza”,
refinadamente denominada: Ley de Seguridad Ciudadana. Lo ha hecho el PP en
solitario, sin el apoyo de ningún grupo político, como acostumbra hacer un
régimen seudofranquista, dictatorial, o lo que es lo mismo: “por sus santos
cojones”, en contra de cualquier interés general y mucho menos el de los
ciudadanos. El ministro de interior blinda la seguridad de los políticos y de
los policías que aporrean sin ton ni son, para evitar manifestaciones, para
acojonar a la ciudadanía, para que no se puedan grabar las acciones injustas de
las cargas policiales o para que no se les haga los merecidos escraches a tan
innoble comportamiento y peor gobernación.
¿Hasta dónde
estamos los ciudadanos de individuos
como el Ministro de Interior y sus compinches peperos, que votan leyes o
decretos contrarios a nuestro bienestar y progreso?, ¿hasta dónde estamos de
tanta corrupción en el seno de un partido político que no hace nada o muy poco
por airear y cortar cabezas?, ¿hasta dónde estamos los ciudadanos de esta gente
sinvergüenza que amparan a delincuentes de guante blanco y arruinan las
empresas, los bancos, dejan a las personas sin trabajo y sin ingresos?, estamos
muy hartos de estos indeseables. Necesitamos regeneración de verdad, sangre
nueva, ideas renovadoras y sobre todo que la política se haga por y para los
ciudadanos; estamos hartos de tanto engaño y de tanta corrupción. Estamos
hartos de que nos roben ante nuestras narices y de que jueces o fiscales
arropen a los delincuentes porque anteponen los colores de partido a la
justicia. Estamos hartos de que no devuelvan lo robado y pero aún que nadie les
exija devolverlo.
La Ley de
Seguridad Ciudadana nos debería proteger de individuos como los que nos
gobiernan, de aquellos que saquean las instituciones, de los que las corrompen
o legislan dictatorialmente en contra de lo que es bueno y necesario para los
ciudadanos y el progreso de nuestra nación. La Ley de Seguridad Ciudadana, como
su nombre indica, que es ya en sí un engaño, debería blindar nuestra seguridad
y dejar de hablar constantemente de sanciones descabelladas, como medida de
represión propias de regímenes totalitarios; venga, vamos a acojonar a la
gente, es lo que han debido de maquinar en los despachos que nosotros hemos
comprado, bajo unas luces que nosotros pagamos y urdido por empleados nuestros,
que mensualmente pagamos a los sueldos que ellos han decidido tener, al
contrario que cualquier españolito currante. Son la casta privilegiada y ahora
intocable, gracias a esta Ley que se han hecho a medida.
Saben,
ciudadanos lo que tenemos que hacer es hacerles pagar en las urnas, nunca mais
chapapote, nunca mais gobiernos ilegales casados con los poderes monetarios.
Nunca más gente que se crea elitista porque así nunca nos va a representar.
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