Navidad,
nacimiento, para muchos religiosidad, recogimiento; para otros descanso
laboral, fiestas, frío y nieve, dulces y licores. Momento de reunión familiar,
de comidas y cenas envueltas en charlas, abrazos, besos y villancicos. Un
ambiente un tanto especial en muchas casas, llenas de adornos y luces, además
del árbol y el nacimiento.
La Navidad ha
sido, desde hace años, el momento elegido por muchos para reconciliarse, para
dejar atrás desavenencias y volver a caminar juntos, es darse de nuevo otra
oportunidad, es olvidar tiempos peores y vivir con alegría de nuevo.
La Navidad es
la fecha que muchos reservan para volver a casa, cuando se está trabajando o
viviendo en otra ciudad o en otro país. Es el instante del encuentro con los
seres queridos, con la familia y el calor de la acogida, el llanto de la
alegría y la emoción de sentirse unidos.
La Navidad es
un tiempo y este tiempo es para todos, también para los marginados o excluidos
socialmente, por las condiciones que esta sociedad les impone. No podemos
olvidar a quienes más sufren por su pobreza o por el padecimiento de una
enfermedad. Ellos tienen derecho, el mismo derecho a ser felices y a sentir que es Navidad. La
sociedad debería encontrar la forma de ser más humana y menos económica. Menos
cifras, menos mercado, menos negocios y más equilibrio, más medidas para equipararnos
y más humanidad.
Hay personas
elegidas en las urnas, que tienen la obligación de trabajar para conseguir la
igualdad, pero pasan los años y las diferencias se acrecientan. Vemos que no
están trabajando para ser una sociedad más humana, sino que lo hacen para
conseguir que seamos objeto de transacciones monetarias, la plaza donde se
hacen los negocios y hay cantidad de gente quebrándose la cabeza, con el único propósito
de llegar a ser cada día más rico; sin importar las distancias con los demás,
el deterioro social, la exclusión de las personas, su desesperación o su
muerte.
La sociedad
tiene el potencial para poder llegar a ser cuanto se proponga, pero los
objetivos que se ha marcado, se apartan del centro de felicidad de las
personas, son puramente materialistas y monetarios. Los que nos dirigen son
ignorantes o ciegos y lo que si se, es que se han vendido a los intereses del
dinero, se creen que centrarse en lo humano es perder el tren de la locura
imperialista neoliberal, que vienen ejerciendo muchos países en el mundo a
pesar de que su gente se muera de hambre, vivan tirados en las calles,
enfermos, sin ingresos y siendo el escaparate de las vergüenzas del capitalismo
más salvaje de los últimos tiempos.
Entre todos
tenemos que cambiar el rumbo hacia el desastre humano que han tomado unos
pocos, entre todos podemos, estoy seguro. Reflexionen y Feliz Navidad a todos.
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