Los que llegan
no quieren abandonar antes de tiempo, quieren cumplir su mandato de cuatro años
por orgullo y prepotencia, sin importarles ni un pimiento los resultados de sus
políticas. Las consecuencias de lo que hacen son para el resto de los ciudadanos,
ellos lo primero que hacen es fijarse sus buenos sueldos y demás complementos,
sobres, etc. Se retiran con sus buenas pensiones o bien, con varios años de
prestaciones por desempleo para paliar su incompatibilidad de ir a la empresa
privada, pero eso sí, se van con el máximo dinero que se puede recibir por tal
concepto. Como las leyes las hacen ellos, pues ya se sabe, se las hacen a su
imagen y semejanza, considerando el mayor número de privilegios para sí mismos.
Así es la
política de injusta, así desde sus comienzos, desde que se convocan elecciones
y establecen que los votos no valen igual para todas las formaciones políticas;
las poderosas, las más numerosas reciben más escaños con menos votos que las
formaciones más reducidas. Ni siquiera un voto es un voto para todo el mundo,
entonces qué país tenemos, por supuesto el de la igualdad no es, esto es
seguro. Y eso no es más que el comienzo, ya nos podemos imaginar qué se cuece
en las cloacas del poder mal entendido de esta España bipartidista, donde lo
que se pretende es que las dos formaciones de centro moderado y sumiso se
alternen la dirección del país cada cuatro años. Cuando llega el momento de
tomar decisiones importantes que nos pueden meter en una guerra o que nos
pueden joder el bienestar social y con ello la vida, hacen acuerdos que solo
respaldan esas dos formaciones: PSOE y PP, firman, nos joden y se quedan tan anchos.
La política es
algo distinto a parecerse a una dictadura siempre para los ciudadanos y no para
los poderosos. No debe ser una dictadura para nadie sino una vía de dialogo
para llegar a conseguir acrecentar el bienestar el general, que todos vivamos
cada día mejor, que no nos falte el trabajo, que podamos consumir moderadamente para mover la
economía, y sobre todo que dispongamos de todos los recursos necesarios e
imprescindibles: una excelente sanidad para todos, una extraordinaria educación
que forme a nuestros jóvenes, un proyecto importante y potente industrial y de
investigación que acoja a todas las personas que quieran trabajar, etc.
La política no
debería ser el centro de acogida de aquellos que ven en la política un medio de
vida o de enriquecimiento personal, como está sucediendo desde hace años. La
política no es un orfanato, no es una vía profesional para toda la vida, al
menos que los gobernantes sean tan excelentes y honestos que sean reelegidos
una y otra vez, pero este no es el caso. Lo que si abundan son los casos de políticos
que meten la mano en la caja, en la A y en la B. Los que llevan los dineros a
paraísos fiscales para no tributar en España, al mismo tiempo que se
enorgullecen de ser españoles y patriotas. Y muchos viven de espaldas a la problemática
social en las calles, a la situación de pobreza y a las necesidades de los
ciudadanos, sencillamente la ignoran, no les importamos salvo cuando llegan las
elecciones, que es cuando a nosotros los que ya han demostrado como son nos
importan un pito.
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