A veces soy
tan ingenuo que escribo con la intención de poder tocar alguna fibra sensible
de algún lector, de tal forma que el mensaje de ese día se difundiera y
sirviera para transformar algo de esta sociedad. Casi siempre es esa la
intención o propósito de mi difusión, en un gesto noble, al menos así me parece
a mí, para mejorar como ciudadano comprometido con la humanidad y sus derechos
como personas.
Trato de
llegar en lo humano, en lo social y en lo político, no soy ningún angelito ni ningún
mesías, solo soy una persona que cree que aplica valores a lo que hace, que
vive respetando a los demás y que por supuesto cometo errores, seguramente
muchos más de los que desearía cometer. Pero estoy convencido de que lo podemos
hacer mucho mejor, infinitamente mejor de lo que lo estamos haciendo en la
actualidad.
Es inevitable
abordar el mundo de la política porque se ha convertido en un drama negro o película
de mafias y gánsteres, y porque es la bisagra sobre la que giran las leyes que
modelan la forma de vivir de la gente de este país. El político ante todo ha de
ser persona, ciudadano y por tanto adaptar las normas al humanismo propio que
se tiene que exigir para alcanzar libertad y derechos con la correspondiente
responsabilidad, personal y social. Sin embargo, el político actual se ha
calzado unas zapatillas de velocista y solo ve adversarios políticos en una
vida política, que ha dejado de ser la carrera por el bienestar y los valores
sociales, para convertirse en la carrera por ganar elecciones. Esto indica que
ellos tienen unas metas que nada tienen que ver con lo que necesitamos los
ciudadanos, de ahí esa desafección y alejamiento entre ambas partes.
Llegados a
este punto, lo que me gustaría es que los ciudadanos nos diéramos cuenta de lo
que hay, para que nos uniéramos y diéramos una lección a tanto desaprensivo
político que va a lo suyo. Igual de importante es que las personas se informen,
afortunadamente hay muchas tertulias en los medios de comunicación, tanto radiofónicos
como televisivos, para conocer la cantidad de tropelías que vienen cometiendo
muchos de los legisladores y allegados a estos. No entiendo, como la intención
de voto es la que es si se está informado. En mi cabeza no cabe tanta idiotez,
te fustigan, te hacen perder el trabajo, te bajan los sueldos, no te dejan
hablar, no te escuchan que es lo más grave, son insensibles con los colectivos
más indefensos: el hambre de los niños, las familias sin ingresos y todas las
personas enfermas y dependientes, pero parece que hay cantidad de gente,
igualmente insensible que yo creo que están desinformadas, que continúan dando
su apoyo a los que están provocando todo este descalabro cruel.
No llevo la
razón, claro que no, pero hay cosas que son o blancas o negras y hay un abuso
de poder bestial cegando a la mitad de la población y atropellando a todo un
país.
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