En una sociedad en la que la
cabeza no rige bien, la chusma televisiva es millonaria y cobra un pastón por
cada programa que realiza. Cuando la cabeza no rige bien los futbolistas son
millonarios, como dicen algunos por correr en pantalones cortos detrás de un
balón. Cuando la cabeza no rige bien la justicia deja de serlo porque ve muy difícil
condenar a ciertas autoridades, o bien mira para otro lado cuando ciertas
personalidades cometen delitos. Cuando la cabeza no rige bien, hay personas que
proclaman a los cuatro vientos que la justicia es igual para todos, aunque haya
uno al que no se le pueda condenar por nada… dicen que es inviolable.
Cuando la cabeza no rige bien,
los políticos se dedican a robar a la ciudadanía o regalar el dinero de esta a empresarios
y banqueros. Cuando la cabeza no rige bien, la ciudadanía hace ganar unas
elecciones a aquel que prometió hacer ciertas cosas, como dar a conocer a los
defraudadores del reino, pero que posteriormente se cagó en su palabra y no
mostró nada, le dio miedo, se asustó con los nombres que aquella lista debe
contener.
Cuando la cabeza no rige bien, el
sistema educativo sigue consistiendo en aprobar exámenes, achicharrándote las
neuronas para memorizar datos e información que se puede consultar en cualquier
momento, y que tras varios días has olvidado. Esa es la calidad del sistema
educativo actual, en el que además de puntuar el esfuerzo y la capacidad memorística,
se siguen estudiando materias obsoletas que ya no se ven por ningún lado en la
vida real.
Cuando la cabeza no rige bien, no
se controla la entrada de droga porque a algún sector de la sociedad interesa
que siga circulando. Tampoco se deja de comercializar productos como el tabaco,
aunque en sus cajetillas avisen de que fumar mata; o sea, el Estado es cómplice
de las futuras enfermedades y muertes por el consumo de esa mierda que se fuma,
y todo por recaudar impuestos.
Cuando no rige la cabeza bien, se
asesinan animales, miles de animales, millones de ellos, salvajamente, en los
mataderos, se les quita cruelmente la vida porque hemos decidido no respetarles
y convertirnos en alguien con poder para matar. Cuando no rige la cabeza, los
legisladores se oponen a que una persona pueda decidir sobre su vida, pero sí habilita
a ciertas personas para aniquilar impunemente a criaturas con vida avanzada,
con organismos complejos como los nuestros, que viene a ser como si nos
sacrificaran a nosotros mismos.
Cuando la cabeza no rige bien, se
fomenta la sociedad de seres irresponsables, se revierten las cosas hasta tal
punto, que hacer prevalecer los derechos y las obligaciones está mal visto. Es
como si, de algún modo, pareciese que se protege a los malos, a los
delincuentes, a los que incumplen. Para una gran cantidad de gente prima mucho
más los puentes y las fiestas, frente al cumplimiento de sus obligaciones, yo
diría que se les nubla la vista y tratan de convertir los días lectivos o
laborables en festivos. Para un buen grupo social está la vagancia, las
fiestas, las redes sociales, las pantallas en general y los videojuegos, por
delante de las obligaciones comunes de cada uno de nosotros en las diversas
circunstancias por las que atravesemos.
Cuando la cabeza no rige bien
muchos pugnan contra muchos otros sin llegar a entenderse, se guardan rencor,
se fomenta el odio y se desearía aniquilar a quien se considera enemigo. No se
llega a comprender que hay otro camino, el de la cooperación, el de ponerse de
acuerdo en hacer algo que nos vaya mejor a todos.
Cuando la cabeza no rige bien, no
nos permitimos soñar con un mundo mejor porque rápidamente nos enseñaron a
sentenciar que lo diferente a lo establecido es utopía, un sueño irrealizable
según algunos. No nos damos cuenta que los poderes que tratan de conducir la
sociedad hacia donde les interesa a esos tipos, nos manipulan de conducta y
mente para alcanzar sus objetivos, que la mayoría de las veces, son tan
avariciosos y personales, que nada o poco tienen que ver con los que convienen
al pueblo en general. Por eso, no tenemos que luchar contra nadie sino caminar
por la senda que nos lleve hacia lo que socialmente interese, no hacia lo que
interese a las siglas de sociedades importantes.
Cuando la cabeza no rige, se
cometen actos terroristas con mochilas al hombro cargadas de explosivos o con
aviones sobrevolando poblaciones de inocentes y arrojando bombas.
Cuando la cabeza no rige, las
leyes permiten contaminar hasta llegar a extremos de destrucción casi
irreversible de la salud del Planeta.
Cuando la cabeza no rige, el
hombre se justifica a sí mismo, diciendo que nuestra especie es así desde
tiempos remotos. Yo creo que hemos evolucionado porque tenemos capacidad para
ello, pero ese progreso da miedo a ciertos sectores dominantes que tratan de
frenarnos con la continua distracción.
Para finalizar, cuando la cabeza
no rige bien, se teme que las personas puedan llegar a pensar por sí mismas,
por eso nos lo dan todo triturado y adulterado… para que entre bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario