Es evidente, que como cualquier
otro país, es de los venezolanos, al menos, así debiera ser, por tanto, lo que
se derive del rendimiento del país debe ser para su gente. Sin embargo, ahí
tenemos a varios personajes enfrentándose por el poder de Venezuela, Maduro que
no suelta las riendas a pesar de que su pueblo esté sumido en la miseria desde
hace años. Una parte del pueblo pasa hambre, los medios de comunicación ya se
encargaron de mostrar al mundo que sus comercios carecen de género para ponerlo
a disposición de los ciudadanos de Venezuela, sea verdad o mentira.
Ahora tenemos a Guaidó de un lado
para otro agitando a la gente, formando la revuelta para hacerse con el poder,
es de imaginar que si lo alcanzara desbloquearía la supuesta situación real de
pobreza y normalizaría la probable corrupción que tiene que estar acaparando
los recursos y la riqueza oculta de Venezuela. El caso es que lo que se está
provocando es que los botes de humo y las balas sobrevuelen las cabezas de la
ciudadanía, o que las tanquetas policiales atropellen a ciudadanos que se
manifiestan, como pudimos ver hace unos días.
La violencia va en incremento
porque el que tiene la gallina asida por sus patas, no la suelta, y el que
quiere atrapar la gallina no cesa en su intento, ambos haciendo uso de medidas
de fuerza porque el dialogo no ha de servir para nada. Volvemos al punto en el
que siempre amenizo, la colaboración, arrimar el hombro, ayudarse mutuamente
por el bien de la población venezolana. Evitar muertos y desgracias de todo
tipo, que la gente pueda vivir en paz y pueda satisfacer sus necesidades
básicas. Que el país funcione con normalidad y sin ser saqueado, que parece el
deporte nacional de todos los que gobiernan en el mundo… ¿ya no hay honestidad
en ningún rincón del Planeta?
Si Maduro ama tanto a su pueblo,
y si Guaidó siento lo mismo por él, por qué no se reúnen y toman decisiones
conjuntas para sacar a Venezuela de la crisis, o de las imposiciones externas,
si son esas, como denuncia Maduro, las que tienen al pueblo de este modo.
Cualquier otra solución que no se tome de un modo razonable, civilizado, con
conciencia, será un fracaso y significará una barbarie, se pagará con sangre de
inocentes. El punto de partida es no engañar al pueblo, es ser honesto y hacer
lo que mejor se sepa y se pueda para llevar a la ciudadanía de cualquier país
al punto de mayor satisfacción y bienestar que se pueda conseguir. Esos
avariciosos aún no han experimentado lo que digo, la satisfacción interior de
estar haciéndolo lo mejor posible, de ser feliz viendo a sus conciudadanos
felices, cumpliendo con sus obligaciones, remando todos para elevar el nivel
social, cultural, industrial, etc., de un país.
Aún no he mencionado el petróleo,
ni si Venezuela tiene las reservas de petróleo que dicen que tienen, y si es
así, qué están haciendo sus gobernantes y que hicieron los que estuvieron que
no supieron sacar todo el provecho del recurso que poseen. Por qué no hay refinerías,
por qué no transforman el crudo, por qué no realizan el proceso completo, por
qué no han querido ganar más dinero para su pueblo…, de ellos no hablo, ya me
imagino cómo han de estar sus cuentas privadas en el país y en los paraísos
fiscales.
Venezuela es de la gente que vive
en Venezuela. Venezuela no es de Maduro, ni de Guaidó ni de Leopoldo López,
todos esos tan solo pugnan por su trozo de gloria personal, que no nos quepa la
menor duda.
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