Anoche te
fuiste precipitadamente, saliste tras un gato que había entrado en el jardín y
la muerte te sorprendió tanto como nos sorprendió a los demás. Corrías tras él
y, súbitamente, diste una voltereta, cayendo desplomado, sin vida. Tratamos de
reanimarte mediante masaje cardiaco, pero no fuimos capaces de devolverte la
vida, se fueron algo más de diez años de compañía, de buena compañía que nos
hiciste, en un solo instante.
Durante la
noche, entre vuelta y vuelta dadas en la cama, he tenido ocasión de recordar
cuando te traje a casa con tan solo un mes de vida… ¡todo un personajillo!, en
seguida comenzamos con la atención sanitaria, desparasitaciones, vacunaciones;
por lo demás, ningún problema de salud en estos casi once años, a pesar de que
cuando te vio la primera vez el veterinario me advirtió que los dálmatas eran
perros delicados, en cuanto a salud se refiere. Ese no ha sido tu caso, Polo,
ni tampoco el de tu hijo Trasto, con el que has tenido la oportunidad de
convivir casi siete años. Ambos machos, pero habéis sabido aceptarse sin ningún
problema, a pesar que en una de las visita del veterinario nos recomendó que os
castráramos, algo que no vimos necesario hacer puesto que supiste desde el
principio asumir tu papel de padre, fue algo que no se nos pasó por alto, te
relajaste, estabas pendiente de tu hijo como si estuvieras haciendo las veces
de su madre, y cuando el niño te hacía algún feo tolerable, tú te hacías más
sumiso, y cuando te tocaba tus partes nobles, le avisabas con un gruñido…
fuiste bastante sabio en tu forma de actuar con tu hijo y nos hiciste la vida
mucho más fácil a todos. Sé que hubo un Polo antes de la paternidad, y un Polo
posterior a ella.
Nunca antes
había tenido un dálmata, mucho menos, dos, y debo decir, no porque hayas
fallecido, que sois perros excelentes, grandes compañeros, muy hogareños, os
gusta estar cerca de los dueños, no sois nada delicados a la hora de comer, no
hacéis feo a los piensos, no digamos si le añado algo de la sobra de la comida,
incluso frutas o ensaladas… os gusta todo, no dejáis nada en vuestro plato.
Cada vez que llegamos a casa, pareciera que no nos veíais desde hace años,
siempre vigilante si alguien extraño a la casa merodea por la puerta, si llega
un coche que no conocéis, siempre avisáis puntualmente, ahora te echaremos de
menos Polo, tu ladrido era muy personal y diferenciado del de tu hijo, de aquí
en adelante le escucharemos a él y habrá un vacío musical en ese coro que
formabais los dos para dar la alerta de un posible riesgo. Tus lunares, tu
mirada, acercarte para buscar una caricia, el pasar la mano por tu cabeza, tu
cuello o tu espalda… te extrañaremos Polo.
Sé que tu
corazón, aunque no has dado muestra de estar enfermo, ha debido sufrir mucho,
cada año lo has pasado muy mal con las explosiones de petardos y fuegos
artificiales en las fiestas navideñas, también cada año cuando se abría la veda
con los disparos de los cazadores, lo mismo con los truenos… todo esto te ha
hecho sufrir mucho y a nosotros también, cuando te veíamos temblar y te abrazábamos
tratando que se te pasara, que te calmaras. Tal vez la edad avanzada, unido a
un probable debilitamiento del corazón que aún no mostraba signos de estar
enfermo, ha sido decisivo para desencadenar el fatal desenlace en plena carrera
y excitación para expulsar al gato invasor de tu territorio.
Ya no podemos
hacer más por ti, todo lo que estuvo en nuestras manos y en nuestro conocimiento
lo hemos compartido durante estos casi once años que hemos vivido juntos,
porque sabes que ni has sido perro atado ni enjaulado, tu cama estaba desde que
llegaste a casa, dentro de la misma. Mientras estábamos en casa, la puerta
siempre ha estado abierta para que tú y tu hijo salierais al jardín las veces
que se os antojaba, y dormir, por supuesto, siempre dentro, resguardado de la
inclemencia del tiempo. Te recordaremos por mucho tiempo, Polo, estoy
convencido que te transformaste, que avanzaste, en definitiva, que llegaste a
ser un perro de otro nivel. ¡Descansa en paz eternamente!
Es imposible describir mejor a un gran amigo de toda la familia, siento como si un hermano se me hubiera ido, he vivido tantos momentos junto a él que tu escrito describe exactamente como fue. Gracias Papa por este sentido homenaje, gracias por haberlo traído a casa cuando solo tenia un mes de vida, es un gran amigo que ha aportado mucho más que compañía a casa. D.E.P. Polo
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