¡Pueblo!, que
no nos enteramos. El tema de confrontación de moda es la política, y los medios
por donde corre el odio son la prensa, la radio, la televisión y, sobretodo,
las redes sociales. ¿Por qué ha de haber una lucha de izquierda y derecha, si
las necesidades de la gente es parecida?, ¿por qué no se concentra todo el
esfuerzo para conseguir una sociedad que nos beneficie a todos, en especial, a
los más desfavorecidos? Es por ellos por lo que más hay que trabajar, con el
objeto de que sus vidas sean lo más parecida a las nuestras. Hay que trabajar
por el acceso libre de todos a todos los servicios públicos de calidad,
servicios en los que se cubran todas las necesidades de la población. Si
alguien, por su gusto, quiere pagar servicios privados que lo haga, pero no
porque no estén cubiertos en el ámbito público, puesto que un deber de una
sociedad bien dirigida y organizada es contar con todos los servicios que su
población pudiera demandar: sanidad bucal, que actualmente es deficiente en la
sanidad pública, servicios de guardería infantil o residencia para mayores, que
son limitadas y están poco disponibles cuando se necesitan, se han de solicitar
con años de antelación y su calidad deja mucho que desear. También hay
poblaciones que carecen de residencias caninas, incineradores para animales, y
hoy en día las mascotas abundan en cualquier ciudad o pueblo, todos los
ayuntamientos debieran estar dotados de estos servicios para ofrecerlos a sus
ciudadanos.
Se trata, por
tanto, de leer adecuadamente esas necesidades de la gente para cubrirlas
convenientemente, y como se verá esto no se trata de izquierda o de derecha, ni
de verde, rojo, azul o morado, esto va
de unidad, de arrimar el hombro para conseguir el mayor bienestar y seguridad
de la ciudadanía. Entre todos somos capaces, con buena voluntad, honestidad y
deseo de servicio al prójimo, de alcanzar cotas en todas las áreas impensables
hoy. Somos seres creativos, ingeniosos, voluntariosos si nos lo proponemos, tan
solo nos hace falta tomar conciencia del todo, de la humanidad, del colectivo
que formamos, para hacer algo diferente y muy, muy, grande. Somos inteligentes
aunque muchos malgasten su inteligencia al transformarla en maldad. Maldad es
traicionar a la gente en beneficio propio, algo tan común en nuestra sociedad
por el excesivo egoísmo de algunas personas. No digamos, entre la clase
política-dirigente, que va a su puñetero avío, dejándose comprar por ofertas
ocultas pactadas en la trastienda, a espaldas de la ciudadanía, aprovechando
las funciones de sus cargos públicos, viviendo de nuestros dineros y legislando
en nuestra contra. Esos dirigentes nos traicionan, no se enteran de nada y
retrasan el progreso de una gente y de un país en beneficio propio, el claro
ejemplo de una traición; por eso, siempre he dicho que todos los que han gobernado
nos han traicionado en mayor o menor grado, son traidores, al menos para mí.
Giremos hasta
la fecha actual, veamos la desconfianza de los líderes de los diversos
partidos… no se puede, no se puede avanzar como sociedad, solo existe una pugna
por el poder, a la ciudadanía casi ni la nombran, solo nos atenderán o se
enfocarán en nosotros cuando vean que todo esa farsa de los pactos toque a su
fin y se vea en el horizonte que vamos a nuevas elecciones. Que existan
diversos partidos como los conocemos hoy, es un desastre que nos divide, que
nos fragmenta como sociedad, que nos debilita como unidad, que nos hace perder
peso en la lucha por conseguir lo que más nos convenga. Debe haber gente con
deseos de hacer política para el bien de la gente, sea cual sea su ideología
personal, pero que nunca sus ideas se antepongan a las necesidades del
colectivo como sucede hoy. Todos los políticos deben arrimar el hombro desde su
perspectiva para aportar, en la diversidad, hacia la consecución de una
sociedad y un país cada día más realizado, que progresa más y que es capaz de
cubrir mejor las necesidades de su gente. Este es el fin de todo el trabajo
político, sin embargo, aquí muchos han visto al Estado como un medio para
enriquecerse ellos, un oasis de negocios turbios que engorda los costes de todo
lo que subcontrata para que muchos otros puedan repartirse comisiones de cada
adjudicación concedida. Todos los que permiten que el Estado y sus impuestos se
vayan por las alcantarillas de esta forma tan infame, son corruptos y
traidores, nos están apuñalando desde sus sillones en la Administración pública
o en el Parlamento.
Concluyendo,
¿recuerdan las 35 veces que fueron borrados los discos duros de Bárcenas?, pues
si lo recuerdan, hagan lo mismo con la programación que los muchos
sinvergüenzas les han introducido en sus cabezas. Lo que hay no es lo mejor
para todos sino para unos pocos, aún no hemos alcanzado una verdadera
democracia, aún no hemos sido gobernado con absoluta honestidad, siempre nos han
robado, España ha sido saqueada en todos los tiempos, nunca se ha empleado cada
moneda para aquello que fue recaudada. Nadie sabe dónde podría estar España si
sus dirigentes hubieran tomado cada decisión solo pensando en el bien de la
gente y sin malversar el dinero que era de todos. Todavía estamos a tiempo,
cada día es una nueva oportunidad para abrir los ojos, para reprogramar la
mente, para hacer un reset y comenzar de nuevo. La historia no puede ser el
hecho aislado y casual de un individuo o de varios, ha de ser el resultado del
esfuerzo de todos y todas las ciudadanas de un país que reman juntos y a la
vez, porque saben hacia dónde se dirigen y porque es el destino elegido.
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