A raíz de las
lluvias tan inmensas sobre las regiones de Albacete, Murcia y Alicante, así
como las fatales consecuencias para sus poblaciones: evacuación por
inundaciones de sus viviendas, pérdida de todos sus muebles, electrodomésticos,
pertenencias personales y vehículos, amén de alguna que otra vida humana, yo,
al menos, vuelvo a cuestionarme la existencia de Dios. Me ocurre lo mismo
cuando se producen accidentes, cuando mueren las personas en situaciones que
por milésimas de segundos su resultado hubiera sido bien diferente.
Es un tema
delicado, hemos sido programado desde la antigüedad para creer que un Dios nos
protege y al que le debemos culto, devoción, sometimiento de algún modo, y, a
su vez, agradecimiento. Permitan que yo lo cuestione porque no puede ser que,
por ejemplo, en el caso de las inundaciones que están sufriendo las regiones
antes citadas, deba pensar que esas poblaciones están siendo castigadas, como
nos contaron en el pasado y sea un tipo de diluvio contra la perversión de esa
gente. No puedo considerar que un Dios protector y amoroso, como nos hicieron
creer, permita que tanta desgracia y dolor se repartan en ciertas zonas de
nuestra geografía… ¡no lo puedo entender!, ni me basta una explicación
unilateral que me deje afuera… es que tu mente no llega a alcanzar los planes
de la divinidad… ¡lo siento!, no cuela.
Que cada cual
llegue a sus conclusiones o siga con sus creencias, yo tengo una interpretación
o justificación para lo que le sucede a mucha gente que no se cuestiona nada
sobre el tema… le llamo miedo, miedo a la desprotección, se ha fabricado una
falsa burbuja mental por el que se siente protegido contra los males, pero el
caso es que cuando llega, llega y golpea, independientemente de tu forma de
vivir, más bien aleatoriamente, estabas en el lugar equivocado, en el momento
inadecuado.
Todos los
años, por diversos motivos, perecen algunos miles de personas, que si se
hubieran dado otras circunstancias, hubieran salvado sus vidas. Habría que
cuestionarse por qué no se dieron otras circunstancias perfectamente posibles,
y se dieron las que desembocaron en el fatal desenlace para ellas. Autobuses
llenos de ancianos o de escolares que sufren accidentes. Autobuses que vuelan
por los aires como consecuencia de un artefacto explosivo. Aviones que caen por
alguna avería y fallecen cientos de personas de todas las edades. Fenómenos climáticos
que arrasan poblaciones enteras, por lo general gentes pobres, al parecer desamparadas
de un Dios que las proteja. En el mundo sucede algo extraño que escapa a
nuestro conocimiento, o todo lo que nos contaron es pura patraña. De nuevo, al
concluir así, doy pie a que cada cual piense lo que más le convenga, pero que
sepa qué es lo que más le conviene para sentirse bien, sin embargo ¿es la
verdad?
No es malo
reflexionar y cuestionarse las cosas que nos han dado servidas y masticadas,
solo para que las metiéramos para adentro. Hay que hacerse adulto con criterio
propio y valentía, que programar ya nos han programado hasta la saciedad, por
eso hemos de encontrarnos en medio de todo ese software. Hoy compartimos ideas
desde el tema escabroso de la religión, el sumidero del miedo colectivo, el
negocio de Dios en la Tierra, el escudo de un ente de poder que todavía hoy
tuerce la mano de todos los gobiernos, en mayor o menor grado. Hablamos de
sentimientos mezclados con cierto tinte de mafia, que en otros tiempos no tuvo
reparo alguno para inducir a que se quemaran a los que ellos consideraban
libres pensadores o herejes. Hablamos del club, que todavía hoy, tiene como
socios a cantidad de pederastas, violadores de niños, a los que protegen y de
los que no ofrecen sus identidades para evitar el descrédito de la entidad.
Hablamos de un ente inmensamente rico en propiedades y obras de artes, con
privilegios contributivos con respecto al resto de los mortales. Si esos son
los representantes de Dios en la Tierra, hay mucha tela que cortar, ¿no creen?,
hay demasiada opacidad en ese entorno, ¿por qué tantas propiedades millonarias,
si hay tanta hambre y tantas necesidades en el mundo? Algo no cuadra.
Yo diría que
estamos en un libre albedrio total… dejados de la mano de Dios, donde sucede
todo aquello que puede suceder sin que nada ni nadie lo remedie. Sin embargo,
estoy convencido de que todos conformamos un todo, la humanidad, somos la
energía de vida que somos, la misma energía de vida de todo lo que está vivo,
sea vegetal, animal, etc., y que somos capaces de transformarnos en seres con
mayor conciencia, desarrollando cualidades, valores más humanos y amor por
nuestro prójimo, como consecuencia de un trabajo interior.
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