Antiguamente
te venía alguien haciéndose el tonto y te ofrecía un supuesto boleto premiado,
de algún sorteo, a cambio de alguna cantidad menor a la cuantía que recibiría
el poseedor de dicha participación. Ahora estamos en una situación, que a mí se
me apetece semejante, ejercer el derecho al voto, el juego de la democracia
entendida como más interesa a ciertos partidos políticos, que tras saberse los
resultados, comienzan a tergiversar la decisión de la ciudadanía. Empiezan a
pactar unos con otros y organizan, si pueden, un gobierno Frankestein que
permita decir hay gobierno, pero sin saber muy bien para qué, cuál es su
programa, cómo repercutirán sus acciones en la ciudadanía, etc. Esto lo veo
como el timo de la estampita.
Tengo un
concepto de la democracia que se opone a lo que muchos piensan, pero es que
creo que confunden democracia con ponerlo fácil para gobernar, o sea, con no
tener que hacer política sino dirigir con el ordeno y mando, que se pudiera
asemejar a una dictadura. Creo que democracia, además de respetar lo que dice
el pueblo, hay que aplicarlo, aplicarlo sin miedo, permitir que estén
representadas, en su proporción conseguida en las urnas, todas las formaciones
políticas. Todas pueden aportar algo positivo a la sociedad, por qué van a ser
mejores las ideas o propuestas de los partidos más votados. Por qué hay que
negarles la presencia y la voz de las minorías en los Consejos de Ministros.
Por qué los gobiernos no guardan las mismas proporciones que componen la cámara
del Congreso.
Sigo pensando
que sufrimos una democracia secuestrada, alterada, manipulada y que se debe a
intereses de unos pocos, entonces ¿es o no es democracia?, tal vez habría que
empezar a llamarle otra cosa, quizás, el timo de la estampita, donde la
estampita es la papeleta del voto. La situación es para desanimarse y retirarse
a otros asuntos que nos complazcan más, pero sería dejarles la vía libre para
que lo hicieran peor, para que condenaran más nuestra sociedad a los mandatos
de unos pocos desaprensivos. Por tanto, no estoy queriendo decir que no se vaya
a votar, que es lo que mi corazón me pide ante el aspecto mafioso aplicado a
todo lo que envuelve a la elecciones, sino que hay que hacerlo masivamente y
volver a ponérselo difícil o imposible hasta que decidan que las cosas tienen
que cambiar y que deben hacer política en lugar de desvirtuar la decisión de la
gente cuando vota. Sé que hay que tener un estomago a prueba de bomba para
seguir digiriendo lo que sucede en la vida política española, tragar una ley
electoral amañada, que se sucedan presidentes de gobierno por tiempo corto, sin
solucionar nada en España y que se lleve un buen pellizco para el resto de su
vida; soportar la Empresa de Trabajo Temporal en la que parecen constituirse
todos los partidos apenas tocan poder, dando empleo a dedo a amigos y
familiares en puestos de trabajo que se inventan si es que no existen. Los
políticos escudados frente a la acción de una justicia, la mayoría de las veces
maniatadas frente al poder ejecutivo, porque en muchos casos jueces y fiscales
les deben el favor de estar disfrutando del cargo que los mismos políticos les
concedieron, igualmente, a dedo.
El timo
continúa con el gran número de subvenciones concedidas en todas direcciones:
partidos políticos, sindicatos, asociaciones de todo tipo, fundaciones de
amigos, Casa Real, así como con los dineros regalados a concesionarios de
autopistas, proyectos fallidos avalados por la Administración Pública o el
propio Gobierno a favor de grandes empresarios del sector de la construcción y
las infraestructuras. También hay que recordar el regalo de miles de millones
de euros a los bancos para paliar una crisis que ellos mismos crearon por una
ambición especulativa desmedida, en la que se tuvieron que tragar cantidad de
hipotecas basura que les vendieron los americanos como si fueran negocios
redondos.
Es evidente
que España no puede seguir por el camino que va porque petará, ya está quebrada
aunque no lo hagan ver a las claras. Cuando tú debes más de los que eres capaz
de producir estás en quiebra, los intereses de la deuda te comen, solo falta
que los acreedores reclamen lo que les debes y te vuelvas a endeudar un poco
más, tendrás que pedir dinero para pagar a aquellos, pero vuelves a incrementar
la deuda. No se puede vivir del dinero de otros porque te estrangulan, hay que
proyectar un país autosuficiente, que no dependa del dinero de inversores
extranjero, que es a lo que se han acostumbrado los del timo de la estampita.
Con ese proceso ponen a España en peligro de llegar a tener una soberanía
servil de aquellos a los que se les deba dinero. Tenemos que aprender, como
Estado, a vivir como cualquier familia, con los ingresos que tenemos, no por
encima de los mismos, lo que nos conduciría a la ruina tarde o temprano.
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