No creo en una
Europa de varias velocidades, ¿qué clase de Europa es esa? Yo creo en una
Europa que elige como amigos del club a los vecinos, para hacerles crecer y
conseguir que entre todos seamos una gran potencia en producción, exportación,
investigación, en educación, en sanidad, en definitiva, en bienestar.
No creo en una
Europa donde unos se dedican a endeudar a otros para que los gobiernos y los
grupos inversores de ciertos países hagan negocio de la flaqueza de otros
países. Yo creo en una Europa, donde los que están mejor preparados componen un
comité, para canalizar inversiones hacia aquellos pueblos más desfavorecidos
para subirles al primer nivel.
Una Europa
verdadera se ha de regir por la misma legislación en todos los órdenes, por
tanto, se hace imprescindible que todos seamos iguales si pertenecemos al mismo club. ¿Cuál es el proyecto para Europa,
dónde está? No se puede apretar lo mismo a los que ganan dos mil euros que a los que ganan seiscientos
euros. Es más, no se puede consentir que haya trabajadores de salarios tan
dispares, porque todos tenemos derecho a una vida digna, a poder comer, vestir
y pagar nuestras deudas. Por eso, los sistemas no pueden organizarse, como
hasta ahora, para generar dinero. No puede girar todo en torno al dinero y
entender la relación entre países una competición de usura.
Creo que
habría que replantearse Europa desde abajo. Creo que habría que cuestionarse el
propósito de la existencia de la unión de los pueblos que la componen, ¿cuáles
son los fines pretendidos?, ¿cómo se van a alcanzar?, pero sobre todo, ¿cómo
vamos a ser iguales, cómo vamos a estar al mismo nivel industrial, tecnológico,
científico, sanitario, educativo, monetario, etc.? Esto es lo importante, no
que unos digan que quieren ayudar y den dinero sin ton ni son, con la única
intención de que la deuda, de aquel país al que ayuda, adquiera un porcentaje
con respecto a su PIB cada día más insoportable. ¿Qué pretenden algunos,
someter a otros?
Sobran
políticos sin conciencia, sobran grupos financieros sin escrúpulos y falta
sensatez, sentido común y, sobre todo, humanidad. Faltan personas que salgan
cada día a trabajar para obrar dignamente en pos del progreso general y no de
unos pocos. Sobran corruptos, gentes que se venden a los mejores postores. Sobran
mercenarios de la ambición desmedida y el egoísmo económico. Sobra mucha gente
a la que no le importa cómo viven sus vecinos. Sobra mucha gente que sabiendo
que con sus acciones ocasionan el mal y lo hacen cada día. Sobran criminales
legalizados por las leyes a medida, que ellos mismos han impuesto a los pueblos,
para servirse de ellos o machacarlos.
Hace falta
comenzar de nuevo sobre la base de otra ideología, una ideología que se desligue
de las tramas oscuras que operan a la sombra. Todo no vale en nombre de los
negocios porque hay un negocio principal que es vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario