Un nuevo día,
una nueva página en blanco en el libro de nuestras vidas para rellenarla. ¡Qué
oportunidad tan magnifica! para hacer lo que queramos hacer, para decidir y
para sentirnos libres. Cuando vayamos a realizar algo, miremos si es lo que
nosotros deseamos o nos movemos empujados por el deseo de otros, las
imposiciones de otros, otros dirigiendo nuestra mente o es genuinamente nuestro
el deseo de hacer aquello. Esto que parece tan fácil es bastante difícil de ver.
Casi todos,
por no decir todos, estamos condicionados; así que pocas veces somos nosotros.
Nos hemos confundido con los personajes que hacemos, nos creemos ser las
profesiones que desempeñamos, por ejemplo: decimos yo soy ingeniero, profesor,
pintor, etc. Estamos perfectamente identificados con el personaje que hace las
funciones de ingeniero, profesor o pintor.
Quienes somos
de verdad no está definido por el personaje. El ser que somos poco o nada tiene
que ver con quién dice ser, cuando habla en esos términos. Habría que
preguntarse quiénes somos, habría que sentarse tranquilos y preguntárselo. Habría
que mirar un poco más adentro, más profundo y esperar la respuesta. Ver algo
más, comprender algo más, trascender este plano superficial en el que nos
desenvolvemos.
Hoy podrías
hacer algo diferente: quedarte sentado/a tranquilamente y mirar algo fijamente
y tratar de ver quién mira, tratar de entrar en tu mente. Puedes andar
despacio, hablar despacio, hacer alguna cosa, de las que haces habitualmente,
pero con los ojos vendados. Puedes enfrentar algo que hasta ahora te ha dado
miedo, hablar con alguien con quien estuvieras enfadado/a o hacer algo que
siempre has querido hacer pero que nunca te has atrevido. Hoy podrías hacer
algo por otra persona o dedicar este día a los otros y no a ti como haces cada
día. Hoy podrías permitirte soñar y podrías planificar tu vida, pensar en lo
que quieres hacer con ella. Saber qué hacer y cómo hacerlo, fijar estrategias e
ir a por ello.
Estamos
escribiendo las páginas del libro de nuestras vidas y eso es muy importante, yo
diría que es lo más importante que podemos hacer. Nuestra existencia es limitada,
al menos con esta forma, y que menos que hagamos con ella no lo que nos dejen
hacer sino lo que queramos hacer. Por tanto, decide tu trayectoria, cálzate tus
zapatillas y lánzate. Si estás convencido/a y tu ilusión es grande, ¡ve a por
ello!, no vivas una vida aburrida, monótona y sobre todo dictada por otros.
Mira los pájaros como sobreviven en un medio hostil para ellos, como es la
ciudad. No se cuestionan nada, no se preocupan por el día siguiente, viven el
momento, buscan constantemente lo necesario e imprescindible y surcan los
cielos piando, jugando y divirtiéndose. ¿Creéis que los pájaros son infelices?
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