Cuándo nos
vamos a tomar en serio al Planeta, cuándo lo vamos a respetar y cuándo lo vamos
a considerar solo una fuente de recursos para mercadear con ellos. El Planeta
es hermoso, nos ofrece todo tipo de accidentes geográficos y paisajes,
existiendo un cierto equilibrio entre ellos, pero lo que no puede suceder es
que lleguemos y rompamos tal equilibrio: fracturemos las montañas, horademos la
superficie como si fuera un queso gruyere, desforestemos los frondosos bosques,
provoquemos incendios, contaminemos el aire que respiramos y las aguas de los
mares y de los ríos. Desequilibremos la vida animal, poblando con especies de
otras regiones, matando en demasía hasta extinguir algunas. Igual con la vida
vegetal.
Algo habrá que
hacer si es verdad que las olas de calor que padecemos tienen algo que ver con
todo lo dicho. En invierno hemos visto que muchas regiones del mundo han
sufrido todo tipo de catástrofes naturales, reacciones del Planeta a los desequilibrios
provocados por el hombre. Lenguas de lodos que avanzan tragándose pueblos
asentados en las faldas de las montañas. Lluvias torrenciales que provocan
cosas similares e inundaciones que anegan Estados enteros. Terremotos, maremotos,
tsunamis, tifones, todo a lo bestia, casi como no se conocían. Mucha gente ha
muerto y ha desaparecido con todas esas respuestas del planeta a las acciones
de las compañías multinacionales comercializadoras de recursos naturales como: petróleo,
madera, gas natural, productos de la minería, etc. Por las mismas razones,
muchos pueblos indígenas han sido expulsados de sus territorios originales,
otros han sido masacrados cuando se han negado a dejar sus tierras. Al mismo
tiempo, el Planeta ha sido contaminado, expoliado y por tanto desequilibrado.
Algunos
hombres, aprovechan su status para dar conferencias bien pagadas por
universidades y otros escenarios, referentes a este declive, para mentalizar a
otros. Pero no dejan de ser actos bien pagados y palabras, mientras que sus propios
Estados son de los que más expolian, de los que más invaden, de los que más
contaminan, etc. Hay un nivel alto de hipocresía en todo esto, pues los más
invasivos son los países potencialmente más poderosos, más industrializados y
por tanto necesitan de más recursos, a la vez de ser ellos los más
contaminantes. La búsqueda de los recursos que necesitan beneficia las
agresiones al Planeta y a la gente originaria de las regiones que prevén
explotar. Y lo hacen por las buenas, haciendo algún tipo de acuerdo o, lo
hacen, por las malas, si hace falta mediante una guerra; así, de paso, le
venden armamento antes de machacarles. Parece una locura pero esto está
sucediendo mientras escribo y seguirá pasando cuando usted lo esté leyendo,
pero no será solo un momento, este periodo de tiempo mencionado, sino que se
prolongará hasta que terminen con los recursos. Después la zona quedará
irreconocible e inservible, contaminada y desértica. Los productos se lo habrán
llevado, se habrán traducido en dinero y el daño irreparable ya se habrá
cometido; no habrá vuelta atrás.
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