Muchos comerciantes se han
quejado en los medios, refiriendo que las rebajas no les ha aportado un pico de
venta como era de esperar. Es como si esa acción de venta no hubiera tenido impacto
en el consumidor final o potencial. Han señalado como culpables a las ventas
online y a otros eventos comerciales como el black Friday, así como otros que
virtualmente se han anunciado en momentos anteriores o diferentes a las fechas
de sus rebajas clásicas. Las ventas han descendido y no han podido vender los
artículos o productos de versiones anteriores o pertenecientes a colecciones
pasadas, que desde hace años son los productos que principalmente se incorporan
a las rebajas. Y como era de esperar, han lanzado el mantra típico: la amenaza
de un posible cierre de negocios y su correspondiente oleada de despidos.
¿Están buscando una ayuda gubernamental?, ¿lloran para mamar?, como dice el famoso
dicho, haciendo una analogía con la forma de reaccionar de los bebés.
Si hay margen suficiente para
vivir, por qué no lo comparten durante todo el año abaratando los precios,
haciendo más asequibles sus productos en venta. Los salarios están apretados
desde que comenzó todo el rollo este de la crisis, tenemos que gastar casi en
lo necesario y poco más, ¿qué esperaban, que nos iban a recortar los salarios,
y a pesar de ello, íbamos a gastar más? Ese es un problema matemático
imposible, ilógico, no racional o, si así lo entienden mejor, sin sentido
común. Además, está el aspecto comodidad y ahorro, buscas lo que deseas comprar
en Internet, su precio es algo más favorable que el de las tiendas físicas y te
lo dejan en casa. No necesitas dar vueltas, gastar combustible o tiempo, qué
podemos hacer, las cosas están para usarlas. Si las compras resultaran más
caras en la red, muchos compraríamos en las tiendas, pero desplazarse, las
bullas de las tiendas, las colas en las cajas, aparcar el coche y pagar igual o
más, ayudan a decidir dónde comprar.
Vamos hacia una sociedad
automatizada, robotizada, electrónica, digital, virtual, donde todo sea autónomo,
donde todo trabaje con la mínima intervención del hombre, por si hay muchos que
no se hayan dado cuenta. En pocos años tendrá que comenzar a reconvertirse el
sistema como lo concebimos actualmente, en algo diferente, no sé si mucho o
poco, pero de no reaccionar, que es una costumbre gubernamental española… ¡ya
veremos! Los futuros inversores implantarán factorías que requerirán una mínima
mano de obra. Casi todo lo que realice transacciones comerciales pueden ser
perfectamente suplidos por clicks de ratón. Un banco quedará reducido a una
fila de cajeros embutidos en una pared. El transporte no requerirá conductores…,
ni choferes, camioneros o taxistas serán necesarios. Una farmacia automatizada
puede expender medicinas a través de un cajero automático, así muchos negocios
que no opten por su venta en Internet. Vamos a esto, nos pongamos como nos
pongamos. Si ahora nos dicen que los salarios de los trabajadores o la productividad
de los mismos son los responsables de la competitividad, cuando los empresarios
automaticen y prescindan de los empleados, no tendrán los problemas que ahora
nos achacan. Se ahorrarán gastos de salarios y Seguridad Social, según ellos,
sus empresas serán más competitivas.
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