La televisión nos ha puesto al
día de lo que sucedía en la residencia de mayores Los Nogales de Hortaleza.
Hemos sabido del trato infame que varios de los auxiliares dispensaban a las
pobres ancianas, como se ve en las imágenes que capturó una cámara oculta que
tuvo que poner el hijo de una anciana, ante las innumerables contusiones que
continuamente mostraba. Es un horror y una auténtica vergüenza lo que allí
sucedía, a pesar de las reiteradas quejas que los familiares de los residentes
habían interpuesto a la dirección del centro; lo que nos hace pensar que la
dirección miraba hacia otro lado y, que los ancianos les importaba un rábano.
Ahora lo típico, una sanción para
el centro, algunos expedientados y a seguir con el negocio. Hay que ser más
estrictos y contundentes, esas personas involucradas en los acontecimientos de
maltratos a los mayores hay que inhabilitarlos de por vida a estas tareas
porque no sirven, no tienen cualidades ni amor por las personas más débiles y
más necesitadas de ayuda. Esas personas se han de dedicar a otra cosa que no
sea cuidar de alguien, en sus expedientes laborales debiera aparecer con letras
resaltadas, en negrita y subrayado, que han maltratado a personas en su función
laboral, así debiera aparecer cada vez que un empresario hiciera una consulta
con una base de datos que debiera existir en la oficina de empleo y en la
seguridad social, los dos entes intervinientes en la contratación de las
personas. Mientras no seamos lo suficientemente serios con maltratadores,
chorizos, corruptos, estafadores, no pagadores, etc., todos correremos un grave
riesgo de ser engañados, ¿quiero decir con esto que esas personas no deban
encontrar trabajo jamás?, no, no estoy diciendo eso, sino que cuando encuentren
un trabajo, el empresario debe saber que tiene que vigilar de cerca a esas
personas y que los puestos a ocupar no deben estar directamente relacionados
con trato a terceros.
Si no aplicamos la seriedad que
requieren las sinvergonzonerías a las que nos vienen acostumbrando ciertos
personajes, seguiremos con el país de chusma que en los últimos años hemos
visto y que somos. Los de arriba han robado, han timado, han estafado, han
traicionado a la ciudadanía, se han compinchado con la justicia y muchos han
escapado, mostrando que la justicia no es igual para todos. Debemos de creer
que Urdangarín está en la cárcel, ¿verdad?, pero por otro lado sabemos que el
hijo de Pujol, condenado por la estafa de las concesiones de las ITV, no sé cuántos
millones que nadie reclama se pagan con dos años y medio de prisión, pero a los
cincuenta y siete días, ya está por la calle. Entonces, es lógico plantearse:
si el hijo de Pujol está en la calle, ¿el silencio que rodea al asunto
Urdangarín es porque está en prisión o hace tiempo que deambula por las calles
de Ginebra? ¿Pujol, padre, estafador de Hacienda como él mismo dijo públicamente,
por qué no ha ido a la cárcel? ¿Quién le ha reclamado que devuelva el dinero
estafado?
En este país se han hartado de
robar muchos personajes y autoridades sin que les ocurra nada, sin que nadie
les pida cuentas, y eso no puede ser. Las reclamaciones de los ciudadanos hay
que atenderlas con mayor atención, se han de analizar con mayor rigor sus
contenidos, se ha de investigar con más diligencia y pulcritud para esclarecer
los incidentes que se denuncian. Se han de pedir responsabilidades siempre y,
eso de inhabilitar un par de años para un puesto similar, suena a chusma, a
broma, es de risa. Los que han demostrado que son proclives a cometer delitos,
que se dediquen a otro asunto que nada tenga que ver con lo que venían
haciendo, y la lupa siempre sobre sus cabezas, se lo han ganado a pulso, ellos
son los únicos responsables de lo que hicieron.
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