Como tiene pocos líos la vida
política española, viene Sánchez y la enreda un poco más con el asunto del
debate televisivo previsto para el día 23 en Atresmedia. Por un lado, encorseta
el debate la Junta Electoral Central, prohibiendo que participe VOX por no ser
un partido con representación actualmente en el parlamento, pero qué tendrá que
ver para que se dé la oportunidad de que los españoles conozcan a quienes se
van a presentar a los comicios del próximo día veintiocho.
Una vez más el partido del
gobierno hace uso de su fuerza para inclinar la balanza hacia donde le interesa.
Es una maniobra burda y dictatorial, por la que se trata de cargar el debate ya
programado y pactado entre los cinco partidos aspirantes a estar en el gobierno,
según el CIS, y Atresmedia. Tanto ha manipulado la celebración del mismo que el
gobierno de Sánchez lo ha hecho coincidir con el mismo día en el que se tendría
que celebrar el de la cadena privada. Ahora todos los partidos están en la tesitura
de ir a uno u otro, evidentemente si ya tenían acordado ir al de Atresmedia, lo
coherente es hacerlo, ir a ese debate y dejar solo a Pedro Sánchez, así tiene
todo el tiempo para orquestar un monólogo a su gusto.
Si yo fuera Iglesias, Casado,
Rivera o Abascal, mantendría mi palabra dada a Atresmedia y acudiría al debate
del día veintitrés en esa cadena de televisión, pero ¡ojo!, no enviaría a nadie
de mi partido al debate del pataleo que Sánchez se ha montado y por el que ha
condicionado y doblegado al medio público. Allí se vería Sánchez solo para diga
lo que quiera decir, del mismo modo así se debería ver tras las elecciones, ese
muchacho sigue sin enterarse de nada y demuestra una forma de actuar similar a
la que tuvieron los anteriores gobernantes… tirando de lo público a placer para
satisfacer sus intereses propios.
Por otro lado, a qué viene
entrometerse la Junta Electoral Central en un acto informativo pactado en una
cadena privada, ¿es malo informar o que debatan los partidos?, argumentan que
no están otros que si tienen representación parlamentaria, ¿cuántos debates
hemos visto en los que no están todos los que tienen representación? Se llevan
a los que con más probabilidad van a estar pugnando por formar gobierno, en
este caso y tras los pactos en Andalucía, han creído oportuno que se escuchara
a VOX, qué malo hay en ello, y no lo digo defendiéndolos, no son de mi agrado y
no les pienso votar… con total seguridad. A pesar de ello, mi decisión a la
hora del voto nada tiene de importancia en esta maniobra que se ha dado, una
vez más.
Lo que sí que nos hemos quedado
esperando del bocaza Sánchez, es que diera a conocer la lista de defraudadores
a Hacienda que tanto proclamó que haría cuando aspiraba al gobierno. Si
recuerdan, en cada enfrentamiento con Rajoy, se lo echaba en cara, pero a la
hora de la verdad, como una persona incoherente que es, se tragó sus palabras y
una promesa gritada tantas veces se esfumó en el aire como el humo que era.
Sánchez no es de fiar, empezó con mal pie, y ahora en unos de sus últimos actos
políticos al frente del gobierno, bueno en funciones, la vuelve a cagar,
perdonen la vulgaridad.
Es que Sánchez es de la vieja
escuela política, de aquellos que han gobernado tiempo y saben que pueden tirar
de ciertos hilos cuanto quieren para favorecerse con ello. Siguen las
confrontaciones entre aspirantes porque el forcejeo evidencia ansias de poder,
los intereses de la población es algo secundario para casi todos ellos. De lo
contrario, fijarían tareas a realizar, problemas de la población a resolver,
establecerían un plan para actuar y se pondrían hombro con hombro a colaborar
para que mejorásemos todos… ¡de momento no están a la altura!
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