Empiezo a estar harto de escuchar
a nuestros políticos decir que lo hacen por España, todo lo hacen por ella, lo
mejor para España, mejor me sonaría que lo quisieran hacer todo por la gente
que vive en España. Hay un patriotismo de cartón con forma de piel de toro,
como otros denominan a este territorio, y no creo que haya que hacerlo todo por
esa superficie de tierra, seamos precisos, hablemos de la gente y de los
verdaderos proyectos que se tienen para hacer que la gente viva mejor. Que nos
cuenten todos esos patriotas qué pretenden hacer, hacia dónde nos quisieran
llevar, cómo nos van a beneficiar a todos, incluidos los más pobres.
Lucir la bandera nacional está
bien, es una opción, no le doy mayor importancia, pero tampoco lo considero
algo relevante porque ni bandera ni himno, ni ciertas instituciones, vienen a
llenar la olla de los que menos tienen. Esos símbolos no dan de comer ni dan trabajo
a los que no lo tienen, así que menos banderitas ondeantes sobre sus cabezas y
en sus videos de propaganda o en sus mítines, y más proyectos reales que
contemplen el bienestar de todos los ciudadanos de este país.
Menos tonterías machistas y menos
tonterías feministas, menos vueltas al lenguaje de toda la vida, pero sobre
todo, más vergüenza, más respeto en todo nuestros actos y los vuestros, mayor
colaboración entre todos, objetivos firmes y no arrodillados a ciertos sectores
industriales o energéticos, mucho menos a banqueros sin escrúpulos, y más
pensar en la gente.
Ahora estáis en campaña
electoral, el momento del periodo cuatrienal en el que más parece interesaros
la ciudadanía, ahora sí nos dirigís vuestros mensajes, ahora tratáis de
acercaros, ahora queréis que os votemos, necesitáis nuestros votos, deseáis canjear
votos por euros para sustentar a vuestras organizaciones, a veces, criminales y
corruptas, como hemos visto hace muy poco tiempo. Ahora nos hacéis sentir
fingidamente importantes para vosotros y para España, ¿antes no lo éramos?, ¿a
cuánto se paga este año el escaño?, ¿cómo lo habéis valorado, ya que son
ustedes los que hacen las leyes y ponen precio a todo lo que os interesa?
Ni el mejor de ustedes da la
talla, lo cual es terrible para todos nosotros y para vuestra aparente enseña…
España, ya que intentáis ser más españoles que el resto. Son ustedes los que se
asignan un salario de cuatro mil euros, euro arriba o euro abajo, pero también
sois los mismos a los que os ha costado muchísimo establecer un SMI de novecientos
euros para todos esos que ahora os importan tanto. Sois hipócritas, no, lo
siguiente.
Mirad si valéis poco, que vuestro
único argumento es bajar impuestos (con lo que se empeorará la calidad de los
servicios públicos), pero eso no os importa, ya que sois los reyes de la
privatización. Yo quiero pagar más impuestos, pero quiero ganar más, tener los
mejores servicios públicos y vivir mejor, pero ¡ojo!, yo y el resto de la
ciudadanía sin excepción alguna. ¿Con qué vergüenza se pone uno un salario de
cuatro mil euros y se niega, al mismo tiempo, fijar un salario medianamente
digno para los demás?
Hay que someterse menos a los
poderosos, hay que darles menos cancha, esto va de ciudadanos en general, de
personas, no de cargos que se ostenten o se pretendan ocupar. Es nuestro plan,
por eso lo costeamos entre todos con algunas excepciones que se llevan los
dineros fuera estafando a la Administración pública. Muchos de ellos eran, como
ustedes, aparentes defensores de España, como ustedes dicen serlo hoy, pero a
la hora de empobrecernos a todos no se lo pensaron dos veces: empresas
offshore, empresas pantallas por medio mundo, paraísos fiscales, entramados
societarios de todo tipo con tal de no pagar a Hacienda. Muchos de ellos fueron
altos cargos de gobiernos anteriores, así que fíjense cómo son ustedes, qué
calidad de persona son muchos de los que hoy gritan en los mítines enarbolando
el fantasma español, malévolo y privatizador, si no corrupto. Quizás nunca
sepamos cuántos de esos están en las famosas listas de defraudadores que Pedro
Sánchez tantas veces prometió destapar y airear públicamente en cuanto llegara
al poder. ¿Qué sucedió?, probablemente, lo que os ocurre a ustedes, que
prometen y no hacen ni la mitad de lo prometido, tal vez, vino el poderoso
estafador de turno y le prometió un sillón en alguna de las puertas giratorias
de… España o, tal vez, estaban demasiados amigos en las listas y había que
seguir ocultándoselas a la población. Así son ustedes, no es que lo diga yo,
hablan vuestros actos y vuestras bocas.
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