La política, el debate para hacer las mejores cosas que aseguren el mayor bienestar para la población, y el mayor progreso general del país en todas las áreas. La política como medio de colaboración y discusión para alcanzar los objetivos nombrados, no existe, y en su lugar solo hay una continua farsa, que representa una lucha por el poder a través del insulto, las descalificaciones, la ofensa, con acciones mafiosas, corruptas, a ver quien se lleva más, y a ver quién alcanza el poder o se lo arrebata al que lo tenga. La política como filosofía e ideología de una sociedad no existe, tampoco como medio de debate para alcanzar las mejores formas de gestión de la misma. Solo hay profesionales del aprovechamiento de los recursos públicos y del dinero de los ciudadanos para conseguir enriquecimiento privado, de empresas parásitas de lo público, o de cuentas bancarias privadas, de partidos, o cajas fuertes, cajas B, de autores de la política.
Cuando esos sinvergüenzas cogen el micrófono es solo para descalificar al adversario, casi nunca para honrar al ciudadano, para justificar su sueldo, para dar su lado bueno, si es que lo tienen. La política, hoy en día, es una ofensa y traición a la ciudadanía y una gran traba al progreso del país. Lo descapitalizan por la izquierda y por la derecha, los dineros desaparecen, nadie devuelve lo que sustrae, la justicia no actúa con la debida contundencia. Las leyes están cargadas de grietas hechas exprofeso para permitir al granuja y al delincuente de cuello blanco, que pueda burlarlas. El mundo se ha envuelto en esta capa de materia nauseabunda, que a su vez se ha asignado todo el poder y la capacidad de imponer a los ciudadanos cuanto se le antoja, en un claro estilo dictatorial, por mucho que nos restrieguen lo de la democracia y demás idioteces.
Mientras ellos se pelean como niños escolares cada vez que coinciden en el recreo, España se va muriendo lentamente, la deuda pública avanza imparablemente como una loza sobre nuestras cabezas, y de las generaciones venideras, porque nos están llevando a niveles que en una sola generación es imposible cancelar la deuda, tal vez, tampoco se pueda cancelar en dos generaciones. Van de ocurrencia en ocurrencia, no hay directrices claras y serias, no hay proyecto coherente, te venden una cosa en pre elecciones, y ponen en práctica las ocurrencias conforme avanza la legislatura y se producen los pactos antinatura, que desvirtúan lo que la gente vota. Todavía no se dieron cuenta que ni la ley por la que se vota es injusta y habría que modificarla, ni lo que sale de la forma actual de elecciones amañadas, son gobiernos democráticos, pues no representan lo que la gente elige. El gobierno más democrático sería aquel que se conformara por políticos de todas las formaciones votadas, al menos en ese mínimo exigido del 5% de los votos, y en la proporción de votos recibidos en cada partido. O sea, que los gobiernos sí que serían multicolor, que es lo verdaderamente importante, para que se pusieran sobre la mesa las diferentes ideas de los de un color y las de los demás colores. Eso es debatir, eso es consensuar, eso es hacer política. Lo que ningún partido quiere, solo pretenden ser el ordeno y mando, a ser posible conseguir una mayoría absoluta y no tener que contar con la opinión de ninguna otra formación política.
En la política lo primero que tendría que suceder es que llegaran personas honestas, lo segundo que fueran jubilados voluntarios, expertos en cada una de las áreas sobre las que hay que tomar medidas, con lo que se rebajarían los gastos del país considerablemente. Articular el modo de que sea la ciudadanía la que tenga el verdadero poder de decidir qué hacer con sus dineros ante las propuestas que hiciera el gobierno de jubilados expertos. Las leyes han de ser impulsadas, principalmente por los ciudadanos, y dadas forma por los juristas, aunque si van a seguir como ahora, que con tal de distanciarse del pueblo, redactan de manera que permitan la libre interpretación de la ley, mejor que se abstengan. Decir que el que roba un euro público, ha de devolver ese dinero antes de recobrar la libertad, no tiene dobleces ni interpretaciones que valga. Decir que el ocupe una propiedad ajena, y no tenga un documento oficial, no privado, que justifique el que esté viviendo en esa propiedad, tenga que ser desalojado de inmediato, tampoco se presta a interpretación alguna. Y así podríamos seguir con todo lo que tienen desatendido los piratas que actualmente se dedican a aparentar estar trabajando por los ciudadanos, pero están a lo suyo, a su propio enriquecimiento.
Seguiremos...
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