miércoles, 10 de diciembre de 2025

TODOS QUIEREN VENDER

 


    Llega a dar lástima que haya tantas fábricas, tantas industrias, sacando productos, casi obligados por moda a sacar nuevos modelos cada año, haciendo eventos comerciales de todo tipo, gastando un pastón en publicidad, peleando por posicionar sus productos, deseando ser los que más vendan... ¡a mí me da pena! Sinceramente, me hace sentir algo mal cuando pretendo ponerme en su pellejo, en el de las industrias y empresarios que solo ven números, cifras, beneficios, rentabilidad, y todo lo demás parece no existir para esas personas.

    ¿Qué sucedería si todos los fabricantes del producto que sea, solo fabricasen un tipo o modelo? Que todos fabricasen un producto con iguales características, con iguales composición, y se dejasen de chuminadas con tal de quedarse con una mayor porción de ventas. ¿Qué sucedería si todos los fabricantes se reunieran y consensuaran las mejores propiedades de cada producto a elaborar? Y mejor aún, desde mi punto de vista extremo, que no fueran fabricantes privados sino públicos, fábricas nacionales que actúan con presupuesto público, con una dirección muy profesional, acotando la variedad innecesaria, normalizando la producción, tratando de poner en la calle los mejores productos sin ánimo de lucro. La vida podría ser más sencilla y mucho más económica, pero se ha dado cabida a los que prefieren ponerse ricos a costa de todos los ciudadanos, y ya se ve como una normalidad, a pesar de ser, en mi opinión, una anomalía. 

    De no ser así, sino una lucha continúa por vender, vienen todas las molestias y el precio que tenemos que pagar a diario: Internet con asaltos de anuncios publicitarios, tertulias que se interrumpen para dar lugar a espacios publicitarios, películas que paran para que nos sigan comiendo las cabezas, llamadas telefónicas para vendernos colchones, líneas telefónicas, o que nos cambiemos de comercializadora de servicios eléctricos, etc. Programas de radio que cambian a publicidad cien veces en una mañana... ¡es un horror! Se meten en nuestras vidas, en nuestras casas y en nuestras cabezas sin haberles dado permiso para ello, pero se creen con todo el derecho a hacerlo, además del dinero tan exagerado que se mueve en publicidad. ¿Por qué no bajan los precios de los productos en lugar de gastar millones en comernos el coco?

    Es nauseabundo, lo que sucede es que nos lo llevamos tragando desde que éramos pequeños y muchos ya estamos acostumbrados, pero el daño y las molestias son las mismas. Esto nadie lo regula, y mucho menos lo evita, todos sacan tajada, bien como ingresos directos, bien como impuestos en el caso del Gobierno. Los ciudadanos, como siempre, no importamos, somos el muñeco de trapo al que se le puede dar cuantas patadas se desee. El Gobierno no nos protege, porque el gobierno se cuida mucho de no intervenir en todo lo que sea negocio, de hecho, como sabemos, mete la mano cuantas veces puede, y algunas más. Todo es mafia y corrupción por parte de todo el que puede, los ciudadanos somos el objetivo, más bien nuestras carteras y cuentas corrientes, que ya les gustaría vaciarlas para enriquecerse ellos: los políticos y los empresarios.

    Seguiremos...

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