Hace unos días, a un vecino que fue con su esposa a la boda de su hija, le robaron en esos pocos días que estuvieron fuera. Normalmente están en su vivienda y no sucede nada, tampoco al resto de los vecinos, pero basta que salgas unos días, vienen los mangantes y te ponen la casa boca arriba... ¿Cómo es eso, cómo se enteran los cacos? Como dicen estos vecinos, ha de haber alguien que debe tener contacto con ladrones, y en cuanto se entera de que algún vecino se va a ausentar unos días, lo chiva para que le den el palo.
El robo ha sido muy directo, desde el olivar que linda con la urbanización han entrado haciendo un agujero en el mallado, justo enfrente de la casa del vecino que ha sido robado. Han venido a lo que han venido, lo sabían y no han disimulado, siempre haciendo los mínimos movimientos, siempre tomando el camino más corto, que como sabemos es la línea recta. Se han saltado a la parcela, han entrado por una ventana, han vuelto a salir por la ventana, parece que han salido por la puerta peatonal de la parcela, pero la puerta que apareció abierta fue la del garaje, porque unos de los días que no estaban, mi mujer que volvía a casa a media mañana reparó en que estaba abierta la puerta del garaje, se bajó del coche y la cerró. Cuando llegó a casa me lo comentó, y como esos vecinos son mis amigos, les llamé por teléfono y se lo comuniqué. En aquel momento, interpretaron que como una de sus hijas había ido a dar una vuelta a la casa, que se la habría dejado abierta, pero cuando volvieron me llamaron para comunicarme la fatal noticia: la casa estaba de arriba a abajo, registrada, cajones abiertos, todo revuelto, etc...., ¡Vaya disgusto se han llevado! ¡Cómo es posible que tengamos tan malos vecinos como para actuar así contra otros vecinos! Me refiero a que sean chivatos de ladrones, supuestamente para llevarse parte del botín, ¡Tan mala gente alberga esta urbanización!
Hace treinta o cuarenta años, todos los vecinos nos conocíamos, éramos todos gente trabajadora, que por distintos motivos habíamos elegido vivir fuera de la ciudad. Nuestros hijos eran pequeños, teníamos amistad y hacíamos cantidad de actividades juntos, había unión, estábamos los unos para lo que necesitaran los otros, pero todo esto se ha diluido o ya no existe. Muchos de los vecinos antiguos no están, se mudaron, algunos fallecieron, otros fueron víctimas de las sucesivas crisis económicas del país, y los bancos les desahuciaron. En su lugar, los bancos han puesto sus viviendas en venta y, casualmente, han ido entrando cantidad de gente que nadie conoce, que pasan mucho tiempo en la urbanización, incluso siendo jóvenes, algunos tienen estilos poco recomendables a simpe vista, parece que no trabajan, y muchos tienen una economía visible (la que exhiben), nada austera sino todo lo contrario, que cada uno saque sus conclusiones. Este punto, ha venido acompañado, de niños con quads que son mayores que ellos, estilos y formas que nunca se habían visto en este lugar, y la consecuente falta de respeto hacia los demás: fiestas ruidosas, motos y coches ruidosos, botellonas en algunos rincones de la urbanización, actos de vandalismo, etc.
Como el resto del mundo, la urbanización no iba a ser una salvedad, ha ido a peor, y cuando las cosas se ponen peor, la seguridad también se ve comprometida, y para ejemplo el caso citado. La guardia civil ha estado en casa de estos amigos, han estado tratando de coger huellas, y lo que más me gustaría es que lograran alguna del ladrón o de los ladrones... ¡ojalá!, y que hubiera justicia... ¡ojalá! Porque ya la población estamos hartos de que apresen a chorizos de todo tipo y status social, y no les suceda nada, los liberan sobre la marcha.
Seguiremos...
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