Llevamos toda nuestra existencia, la mía y la de usted, lidiando con el materialismo como sistema enraizado en la sociedad como medio de conseguir vivir, pero pienso que se nos coló por la puerta de atrás, que en absoluto nos hacía falta, que nada es cuestión de dinero sino de colaboración y de amor hacia el prójimo.
No hacía falta que todo tuviera un precio, sino que se midiera en colaboraciones, en apoyo, en ayuda, en sentir al otro, en el deseo de que todos viviéramos cada día mejor, y de que avanzáramos en todas las áreas de la vida. Nos colaron el materialismo y la lucha por la consecución del dinero. Se igualó el dinero con el poder, y unas capas de la sociedad se imponían sobre otras, incluso llegando a esclavizarlas. Hemos perdido la oportunidad de hacerlo mejor, de ser mejores personas, de respetar más a los demás, de amar más a los demás, de importarnos los demás, y se le puso precio a todo, incluso a las relaciones.
En una sociedad de personas iguales, se infiltró lo privado, que no es más que una auténtica anomalía, cuando esa sociedad debió enfocarse en conseguir lo que pretendiera poniendo cada uno de su parte. Una capa de la sociedad se aprovecha del trabajo, del esfuerzo y del dinero del resto de los ciudadanos... ¡Sigue siendo un sistema de explotación! El mundo puede seguir actuando tal como ahora, en cuanto a labores se vienen realizando, pero sin que medie el dinero... ¡Tendríamos de todo! El materialismo no hace falta en absoluto, y sí el desarrollo espiritual, el desarrollo interior de las personas, el avance en la capacidad de amar al prójimo, de importarnos los demás, de desear para los demás lo mismo que deseamos para nosotros. No hemos aprendido lo importante y sí lo que nos han impuesto por conveniencia de todos los que se nos adelantaron para implantar un sistema que les beneficia a ellos, como dije antes, porque saben vivir a costa del resto, a los que aparentan ayudar. Todos hemos oído alguna vez aquello de que gracias a los empresarios tenemos trabajo y podemos llevar a casa un dinero para vivir. Pero nunca se menciona, del mismo modo, que gracias a que hay trabajadores que se ponen al frente de las máquinas del empresario, el empresario saca utilidad y ventaja económica a su inversión y al trabajo de sus empleados. O sea, un trabajador sin trabajo no puede vivir, pero un empresario sin trabajadores, tampoco. Hay que ser más humilde y actuar con un reparto de la riqueza más equitativo. Como los beneficios se obtienen por la inversión del empresario, así como por el trabajo de los operarios, hay que repartir por igual los beneficios, una vez cubiertos los gastos, las reservas previstas y la parte de la inversión que se ha de devolver al empresario.
No obstante, se plantea como expongo, porque el sistema es materialista-capitalista, sigo pensando que es una anomalía, que nunca debió ver la luz, sino que todo lo debiéramos haber obtenido por colaboración de todos los ciudadanos. Lo privado no debió, ni debe, existir. Todo debe ser de todos, y todo se debe currar entre todos, además de no haber existido nunca el dinero. Comprendo que esto, casi nadie de los bien programados por el sistema, lo comprenderá. Es más fácil tildarme de utópico, de soñador, y decir que de lo que hablo es un imposible. Pero no necesito defenderme de nada de lo que ustedes piensen, ustedes son libres de pensar como quieran, y quizás algún día podamos confluir en el camino. Creo que cuando alguien defiende una postura con contundencia es porque algo en él le hace ver que aquello es posible totalmente, pues no está diagnosticado de ninguna enfermedad mental hasta el momento.
Hay demasiados intereses, todos monetarios al final, todos quieren rentabilizar cualquier manipulación de las tantas que traman en secreto y a espaldas de los ciudadanos, sin importarles que les paguemos entre todos, sin atender a que viven a nuestra costa, además de robarnos cuanto quieren. Lo toleramos todos, estamos anestesiados, no nos movilizamos, todo está bastante corrupto y amañado, porque todo obedece al dinero, ¿Ven que es el mal de los males en nuestro mundo y en todos los tiempos?
Hasta que no sea real la sustitución del materialismo por la espiritualidad, no viviremos con dirección a la armonía, la libertad, el amor y los valores humanos.
Seguiremos...
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