Llevo tiempo diciendo que hay que conocer el voto, que no puede seguir siendo secreto para hacer un seguimiento fiel de lo que votan los ciudadanos, pero no por conocer la tendencia del voto de las personas, sino por no alterar el resultado de las elecciones. Para que eso pueda realizarse hay que listar todos los votos, y cada ciudadano debe poder comprobar qué votó, o si no quiso votar, no puede aparecer en el listado como que ha votado a tal o cual partido. ¿Cómo se hace esto?, a mí se me ocurre que se debe votar telemáticamente desde móviles y ordenadores, o en presencia como ahora, para aquellas personas mayores que no tengan acceso a un dispositivo digital con el que pueda votar. El software solo ha de permitir el voto por una vez a cada DNI recogido previamente en el censo con derecho a votar, que constituirá la base de datos del software de votaciones. Cada votante recibe un justificante de lo que ha votado: sea un partido, sea voto nulo, o voto en blanco. Por tanto, todas esas serán las opciones que ofrezca el software que se encuentre en la web de las elecciones y en los colegios electorales. Los resultados provisionales se sabrán conforme avanza la votación, y los finales en cuanto llegue la hora de cierre de las votaciones. No podrá existir la alteración de resultados, puesto que cada votante tiene el justificante de lo que vota, y una vez terminada la votación, podrá y deberá consultar en el listado de la Web, si aparece y cuál fue su voto, que ha de coincidir con lo expuesto en el justificante que se encuentra en su poder. Del mismo modo si hay errores se podrá saber de inmediato y poner las reclamaciones oportunas, que acompañadas de la ley pertinente, que diga que en cuanto haya votos en los listados que no se correspondan con los justificantes obtenidos por los votantes, las elecciones serán nulas, ya procurarán los técnicos informáticos haber hecho un software sin fisuras, y que nadie pueda alterar el resultado de los votos. Esto no le gustará nada a Indra ni al Gobierno socialista tan dado a jugar con los votos presuntamente, según ha trascendido.
Pues así, con la pincelada dada en el anterior párrafo, creo que de un modo fácil, tendríamos unas elecciones limpias, ya solo faltaría que se rija por una ley justa, o sea, que cada voto valga lo mismo, sea en el punto del territorio que sea, o sea, de la Comunidad que sea, de la localidad que sea, o de la aldea que sea. Por otro lado, que a cada partido político le cueste igual número de votos conseguir cada escaño. Y ya para rizar el rizo, solo quedaría que se volviera a contemplar qué es una democracia, qué es un gobierno democrático que atiende fielmente los deseos de los ciudadanos. También tengo algo que decir al respecto, pues llevo años con una idea fija en mi cabeza: Un gobierno democrático será el que más fielmente refleje los resultados de lo que los ciudadanos han votado. Por tanto, se tendrá que conformar con políticos de todos los partidos que hayan sido votados y hayan superado ese cinco por ciento mínimo de votos recibidos con respecto al total de votos, en la proporción de los votos recibidos con respecto al total de votos emitidos. De este modo estarían representados en el gobierno los partidos votados por los españoles, en la proporción de los votos que han emitido. Si esto sucede de este modo, ya no tiene sentido que tengamos 350 Diputados, puesto que ya están en el Gobierno, ni tampoco los 266 Senadores, tampoco tienen sentido los pactos para desvirtuar lo que votan los ciudadanos... ¡Dineros que nos ahorramos!
Y ya si fuésemos inteligentes, legislaríamos para que no hubiera que hacer nada de lo expuesto, los gobiernos podrían ser de jubilados voluntarios, expertos en cada área de gestión. Esas personas son expertas en sus materias, en aquellas en las que han desarrollado toda su vida laboral, en la que han acumulado experiencia, de la que han vivido los pros y contras de sus profesiones, además de tener un motivo de preocupación por el futuro, ya que serán padres, abuelos, etc., o sea, que tienen bien presentes a las generaciones venideras y querrán lo mejor para ellas. Si esto fuera así... ¡Dineros que nos ahorramos!
Si se revisan las plantillas de las diferentes áreas de la Administración Pública, se encontrará a cantidad de gente que no accedió por ningún método oficial, sino que lo hizo mediante el dedo de algún político. Hay que limpiar la Administración Pública de enchufados de los partidos políticos y hacerla adelgazar... ¡Dineros que nos ahorramos!
Y para terminar, mi sueño dorado, un imposible, que se auditara la gestión de todos los gobiernos habidos desde el imperfecto invento del 78. Que se auditara sin contemplaciones y muy profesionalmente, sé que es una empresa complicada y extensa, pero que arrojara todas esas cifras de dineros desaparecidos, malversados, regalados a amigos y familiares, a empresas fantasmas, derivados a paraísos fiscales, a cuentas en el extranjero, comisiones indebidas percibidas, sobrecostes de adjudicaciones, tantos por cientos percibidos, corrupción en toda regla, y que se reclame a sus autores si siguen vivos, y si no, se siga la pista de las propiedades heredadas por sus familiares directos, y se expropien, así como que se exija el pago de lo robado. Quedaría para rematar, que las cárceles se convirtieran en fábricas, donde todos los presos puedan y deban trabajar para generar el dinero suficiente para su manutención y el del centro que tiene que existir porque ellos, los delincuentes, también existen, pero que no nos cueste ni un euro al resto de la población... ¡Dineros que nos ahorramos!
Seguiremos...
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