La vida a flor de piel, la
emoción me invade el cuerpo, el amor en cada mirada, en cada sonrisa, quedándome
con lo bueno de cada instante, tratando de pensar bien, con actitud
colaboradora, intentando ser sensato y honesto conmigo, principalmente. Es la
forma que puedo ofrecer a los demás, es la manera de sentirme mejor, así
aprendo y crezco; porque la vida es eso, un aprendizaje constante.
Me entrego y atrevo a mostrarme
porque quiero trabajarme interiormente, porque trato de aprovechar cada
oportunidad que la vida me ofrece, que lógicamente no serán todas porque no
siempre estoy cien por cien atento, aunque ese sea mi intento.
¿Qué puedo hacer, qué he venido a
hacer?, ¿por qué me siento tan sensible, porque se acerca el fin de una etapa?,
ha sido un año de convivencia que da para mucho y en estos momentos tan
especiales pienso en cualquiera de vosotras y por supuesto en mi compañero
Manu, y me invade la emoción de nuevo. Dentro de mí ha crecido algo que tiene
que ver con vosotras, y como sois más, me aplicaré aquello de que en adelante
cuando diga vosotras, también me estaré refiriendo a Manu.
Casi se me saltan las lagrimas en
estos instantes, es como si no quisiera perderos a ninguna de vosotras, cada
una a su estilo, con su personalidad, pero lo importante es que poniendo cada
una de nosotras mismas, hemos logrado hacer la piña que ha empezado a dar
sentido a la convivencia del grupo. Se que podíamos haber aprovechado más el
tiempo, que podíamos haber terminado con una mayor experiencia, pero este
tiempo ha sido lo que ha sido y no hay marcha atrás. La queja no tiene sentido,
no nos va a devolver nada, solo hay unos lazos de unión que antes no existían.
Ahora hay voces en mi cabeza y, unas caras y unas sonrisas, que antes no había;
ahora hay unas miradas y un lenguaje profundo que se han despertado. Hay una
complicidad sana, limpia, de amistad, que antes no se habían dado pues no nos conocíamos.
Ahora sois parte de mi “tribu”, sois:
mi Manu, mi rubia, mi Rociito, mi Mari Ángeles, mi Rocio, mi Bego, mi Maria, mi
Bernilia, mi super Patri, mi Yolandita y mi Rociito Abeja. Os quiero un montón
a todas y os deseo mucha, pero que mucha suerte en la vida. Si creéis que os
puedo ayudar en algo, decídmelo, ahí estaré dispuesto a ayudaros. Un abrazo a
todas y hasta siempre.
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