A ver si ustedes entienden algo
porque por lo que he oído, referido a la obra de ampliación del canal de
Panamá, me temo mucho nos vaya a costar dinero a los españoles. Resulta que una
empresa privada española Sacyr se presenta a una licitación de unas obras, hace
una bajada de precio que se podría considerar temeraria de un 30% con respecto
al inmediato más caro, y le adjudican el
concurso. Hasta aquí todo normal como sucede con miles de concursos y
actuaciones de empresas españolas a lo largo de cualquier año, pero cuando
llevan el 60% de la obra le reclama Sacyr mil doscientos millones de euros al Gobierno de
Panamá pues de lo contrario no podría finalizar las obras y, lógicamente, el
Gobierno de Panamá no quiere saber nada, él sacó a concurso unas obras a las
que Sacyr se comprometió por un precio que libremente, y tras estudiar dicha
obra, creyó oportuno por lo que no cabe reclamación alguna.
Ahora viene lo más grave, o que
parece nos va a llevar a donde me temo, pues sale al paso el Gobierno del PP,
ese al que tampoco les importamos los ciudadanos y nuestro bienestar como
vienen demostrando, para indicar que tienen que apoyar a esta empresa española
por el bien de la marca España. Al Gobierno le importa Sacyr, el prestigio de
esta fuera de nuestras fronteras, en una operación que libremente hacen y
deciden, pero no les importan las familias sin ingresos, las familias sin
hogar, el cierre de miles de empresas españolas, etc., ¿tenemos que pensar que
Sacyr es de algún amiguete o qué está pasando aquí?
Ayer en la radio oí una noticia
al respecto que me aclaraba algo de por qué se podría implicar el Gobierno y
tiene que ver, de nuevo, con la transparencia de la que hacen gala, y es que
por lo visto cuando se va a presentar una empresa española, hablan con el otro
gobierno que ha sacado el concurso para que fallen a favor de la empresa
española, ¿amañamiento, tráfico de influencias, o cuando lo hace un gobierno no
es?, e incluso decían que la corona también se mojaba a favor de la empresa y
claro podrían sentir responsabilidad colateral de la mala gestión y previsión,
en este caso de Sacyr, lo cual de ningún modo se debe convertir en gasto alguno
del erario público, o como dicen cuando reclaman los terroristas, no debe dar
lugar a concepciones de ningún tipo.
Si el gobierno respalda a
empresas gordas que se equivocan o no hacen bien su trabajo, tendría que
convertirse en ONG, del mismo modo, de todas aquellas empresas con dificultades
de continuidad y, no hablemos de los ciudadanos de este país en riesgo de
exclusión, con carencias de algún tipo, etc. ¡Ya está bien de medir con
diferentes varas!
Veo en el gobierno a una barca en
medio de un temporal, mecido por el oleaje, ha perdido la carta de navegación y
sin atinar a coger el timón para poner rumbo, entre cosas no hace el esfuerzo
por que está confundido de hacia donde ha de navegar. No tiene un plan propio
de actuación que no sea el dictado por Europa, Merkel, el Banco Central Europeo,
el Fondo Monetario Internacional que tantos países en el mundo han arruinado,
los banqueros de aquí y las multinacionales. No veo política propia, poner los
pies en el suelo e interesarse de verdad por la situación real del pueblo
español, dan demasiada importancia a los deseos de Europa, a estar en el euro,
a estar fuera y no dentro, lo que nos está reportando una cantidad de medidas
sin sentido y no estudiadas, que van imponiendo sin ton ni son y cuando les van
viniendo en ganas. ¡CON EUROPA O SIN TI NUESTROS MALES PUEDEN TENER REMEDIO!
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