¿Podría ser posible un mundo
diferente?, me hago esta cuestión porque, a veces, no es difícil imaginar que
con el nivel tecnológico que la civilización ha alcanzado, casi se podría
planificar una vida donde las máquinas trabajaran para las personas, sin tener
que ser esclavos de los despertadores, relojes, y de las infinitas normas
empresariales.
¿Sería posible equilibrar la
población con las necesidades y la producción que diera satisfacción a esa
demanda?, lógicamente habría que habilitar la cantidad de fabricas
automatizadas con capacidad suficiente como para hacer efectiva una producción
equivalente a las necesidades mundiales, ¿se ha intentado al menos, se piensa
en ello alguna vez?
Hablo y mi mente persigue un
bienestar mundial inexistente en la actualidad, pero que en mi cabeza cabe como
algo posible de realizar. Comprendo que esto choca de plano con los intereses implantados
por una dirección capitalista, que apuesta por generar cuantos más beneficios
mejor a costa de las clases más necesitadas o con menos recursos. Se que hemos
fabricado la creencia de que cuanto más mejor, se que buscamos seguridad y
protección, se que necesitamos dinero para vivir, se que otros muchos no tienen
más que aire que respirar y un agua
inexistente o contaminada con el que tratan de apagar su sed mientras enferman
o mueren.
Hay recursos y tecnología para
paliar este mal endémico, pero se prefiere mantener en el tiempo porque a
nadie, de esos llamados poderosos, les interesan unas tierras baldías, áridas y
sobre todo sin recursos en su subsuelo, de lo contrario ya sabemos que matarían
por ellos.
Una eliminación de la estructura gubernamental
segmentaria y de dispersión por países se podría sustituir por un nuevo orden
mundial, donde se unificaran las fuerzas, las ideas y todo se pusiera al
servicio de la humanidad, única propietaria de todo cuanto hemos alcanzado,
para llegar a obtener un suministro de todo lo necesario para vivir todos los seres humanos, sin distinción de
raza, sexo, religión, clases, etc.
Dedicarnos a mantener el sistema
en funcionamiento para nutrirnos de lo que necesitemos o acordemos tener, rotar
en esas funciones y tender hacia el disfrute del máximo tiempo para nosotros, con
el objetivo de vivir bien, sin preocupaciones en la búsqueda de la felicidad
del conjunto.
Se que este es un gran salto,
porque pasar del exhaustivo control actual de los recursos, la producción, las
ventas, la corrupción y el enriquecimiento de algunos, hasta llegar al reparto
equitativo del bienestar y los recursos; hace falta la implantación de un grado
de honestidad y conciencia que no se si, por el momento, es alcanzable en la
mente de algunos individuos poderosos.
La inteligencia al servicio de la
humanidad hace falta que se manifieste y, que se dejen de hacer estudios e
investigaciones al servicio de la destrucción de algún género. Mentes
exquisitamente brillantes no pueden ni deben estar al servicio del descubrimiento
de armas más destructivas, ni de medicamentos que no curen porque convertir a
los enfermos en crónicos produce mayores beneficios. La inteligencia ha de estar
al servicio de un mundo mejor para todos.
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